jueves, 23 de abril de 2009

Compañero Elín ¡No te olvidamos!

COMPAÑERO ELIN
¡¡ NO TE OLVIDAMOS!![1]

NO TE OLVIDAMOS
porque sabías reír
porque eras feliz
porque amabas la vida.

PORQUE AMABAS LA VIDA.
La amabas tan profundamente
que despojándote de todo egoísmo
regalaste la tuya
para que la de otros
fuera mejor.

COMPAÑERO ELIN
¡¡ NO TE OLVIDAMOS !!

No te olvidamos porque
en la práctica
hiciste realidad
tu pensamiento preferido.

“HAY QUE VIVIR
DE TAL MANERA
QUE NO TENGAMOS
QUE AVERGONZARNOS
A LA HORA
DE NUESTRA MUERTE ...”

COMPAÑERO
Admirador de Fucick y del Che
Siempre decías:

“EL TRABAJO EN EQUIPO
NO DEBE DISFRAZAR
LAS DEBILIDADES PERSONALES
SINO ENGRANDECER LAS APTITUDES”.


COMPAÑERO
Disciplinado y solidario.
Alegre y consecuente.
Siempre decías:

“EL HOMBRE REVOLUCIONARIO
DEBE TRATAR DE SER COMPLETO
DESDE EL PRINCIPIO
HASTA EL FINAL”

COMO ADMIRABAS A FUCICK.
Su entereza
ante la muerte.
Su orgullo ante el enemigo.
Su alegría
ante la vida.

ASI TE ADMIRAMOS
¡ HOY !

Y TE RECORDAMOS
¡ SIEMPRE ¡

Cayeron como buitres
sobre tu cuerpo
querían borrar tu sonrisa.
Sepultar tu mirada.

Hicieron como Nerón
una pira con las letras
de tu pensamiento
y esparcieron las cenizas
por si algo hubiera quedado.

No saben todavía
que ha quedado todo
tienen cerrados los ojos
como querían cerrar los tuyos
tienen sepultada la mirada
como quisieron sepultar la tuya.

LOS BUITRES
NO SABEN TODAVÍA
QUE ESTAS VIVO
¡¡ QUE ESTAS VIVO ¡!

Porque
Hemos rescatado tu esencia.

Porque los hombres como tú
no mueren
Mientras quede un hombre
sobre la tierra.

Y LES GRITAMOS A LOS BUITRES ASESINOS
QUE ESTAMOS ESPERANDO
ESPERANDO –ACTIVOS-
EL DEVENIR DE LA HISTORIA
EL DÍA EN QUE
MANOS AMOROSAS, MANOS NUEVAS
RESCATARAN EL LIMO Y LA SIMIENTE
PARA DAR VIDA A LOS HEROES
NUEVAMENTE.

[1] Poema difundido en triptico por la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria. Nota de Alberto G. López Limón.

Siempre Presentes compañeros, por Alberto Guillermo López Limón, abril de 2004


[1] [2] El próximo 9 de abril se cumplen 25 años de la caída en combate de los compañeros José Luis Martínez Pérez y Elín Santiago Muñoz, maestros normalistas militantes del Movimiento de Acción Revolucionaria. Por tal motivo hago del conocimiento público algunos datos bibliográficos de quien fuera el Comandante en Jefe de la organización revolucionaria, esperando que con el tiempo alguien pueda proporcionar las referencias históricas de quien cayera junto a él.

Conocí a José Luis sólo unos cuantos días antes de ser asesinado. Ese fin de semana celebramos una reunión nacional de Centros de Educación Básica para Adultos, con la idea de constituir una organización magisterial con presencia nacional: la Unión Magisterial Independiente. Llegaron a Tulpetlac, Municipio de Ecatepec de Morelos, Estado de México, decenas de delegados; entre ellos venía José Luis, por aquella época cercano a cumplir los 32 años de edad. Los trabajos se realizaron en un ambiente fraternal y combativo. El trato del compañero con los demás fue muy sencillo y fraterno; era una persona muy alegre y jovial que sabía ganarse a la gente. Además de él, se encontraban otros jóvenes maestros con una trayectoria democrática dentro del magisterio del Estado de México, sobresaliendo de entre ellos Juan Carlos Mendoza Galoz (detenido-desaparecido por la División de Investigaciones para la Prevención de la Delincuencia y Dirección Federal de Seguridad el 30 de diciembre de 1981) y Misael Núñez Acosta (meses más tarde asesinado en calles cercanas a la escuela donde se realizó la reunión). Nadie podía concebir que tan sólo tres días después José Luis, al lado del también inolvidable compañero Elín Santiago Muñoz, caerían asesinados en una emboscada montada por la Brigada Blanca y el Ejército Mexicano.

José Luis Martínez Pérez nació en el Puerto de Acapulco[3] en 1947, aunque desde muy pequeño su familia se vio en la necesidad de trasladarse a un pueblito llamado Cutzamala de Pizón, localizado en la región de Tierra Caliente, Guerrero. Su padre nunca estuvo a su lado y lo llegó a conocer hasta que fue adulto. Fue el segundo hijo de Julia Martínez Pérez. Tuvo seis medios hermanos: Antonio (mayor que José), Reyes, Rosa, Silvia, Alejandro y Alberto.

Ante la pobreza extrema de la madre, ésta es vio obligada a dejarlo a los dos años con su hermana Ofelia Martínez Pérez y su esposo Julián. La pareja no tenía descendencia por lo que José Luis fue adoptado como hijo propio y él toda su vida los reconoció y amó como si fueran sus verdaderos padres.

Su padre Julián murió cuando Luis contaba con ocho años de edad. Desde ese momento se vio obligado a trabajar de jornalero agrícola para ayudar al mantenimiento económico del hogar, lo cual lo alejó de la escuela. Sin embargo, gracias a la insistencia y apoyo de los maestros de la comunidad logró concluir de forma brillante su primaria. Al finalizar el sexto año obtuvo el primer lugar de la zona escolar en aprovechamiento, obteniendo como premio un viaje a la capital del país, donde tuvo la oportunidad de saludar personalmente al Presidente de la República.

Con el apoyo de los maestros presentó examen de selección en la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, Guerrero. A pesar de que obtuvo uno de los primeros lugares, no pudo inscribirse en ese entonces por carecer de los recursos económicos necesarios para trasladarse a la escuela. Varios años después logró ingresar a la normal pero definitivamente había perdido su beca obtenida para poder realizar sus estudios de secundaria. Al quedarse sin derecho a la alimentación y hospedaje, sobrevivió en el internado alimentándose de los residuos de alimentos que dejaban los demás estudiantes en el comedor y durmiendo al lado de otros compañeros que se solidarizaron con él.

Como estudiante normalista de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa, se convirtió en dirigente de la Sociedad de Alumnos. Llegó a ocupar cargos de responsabilidad nacional dentro de la Federación de Estudiantes Socialistas de México, donde llegó a conocer e identificarse con otros profesores, como Lucio Cabañas, Elín Santiago Muñoz, Miguel Quiñónez y Arturo Gámiz, entre otros. Fue cuando se incorporó a las Juventudes Comunistas de México, órgano juvenil del Partido Comunista Mexicano.
Como resultado de sus actividades políticas estudiantiles, a pesar de sus excelentes calificaciones, fue expulsado de la Normal. Continuó sus estudios en la Normal Rural de la Huerta, Michoacán, situada a cinco kilómetros de Morelia, donde se matriculó como maestro.

José Luis Martínez Pérez Participó activamente dentro del movimiento popular estudiantil de 1968. Como resultado, fue detenido, torturado y tiempo después puesto en libertad. Fue enviado por la SEP a la sierra de Oaxaca donde pronto orientó a los campesinos, en su mayoría indígenas; los organizó para defender sus intereses y luchar contra las injusticias de las que eran objeto. Se granjeó la enemistad de los grandes caciques y terratenientes de la región.

En 1970 fue invitado y aceptó participar en la naciente organización político-militar que se estaba formando en el extranjero bautizada con el nombre de Movimiento de Acción Revolucionaria. Abandonó la docencia y el país. Se trasladó clandestinamente junto con otros compañeros a Corea del Norte, donde recibieron seis meses de preparación político-militar. Llegó a la República Democrática de Corea integrando el tercer grupo. Posteriormente regresaron a México.

Se incorporó a las actividades de su organización le encomendó. Desde ese momento hasta el día de su muerte se mantuvo viviendo en la clandestinidad.

En 1971 el MAR recibió su primer gran golpe al ser detenido algunos de sus principales dirigentes, como resultado comenzó a ocupar puestos de responsabilidad al interior de la misma hasta llegar a transformarse en uno de los principales ideólogos del MAR y del movimiento revolucionario armado de la época. La nueva dirección nacional quedó bajo la responsabilidad de José Luis Martínez, Candelario Pacheco, Pedro Moreno, Memo “El Abuelo”, Paulino Wenceslao Arroyo y “El Bigos”. Con el paso del tiempo se convirtió en uno de los encargados de las organizaciones con otras organizaciones revolucionarias armadas, como el Partido de los Pobres, Liga Comunista 23 de Septiembre, Unión del Pueblo, entre otras.

Parte del MAR se fusionó con las demás organizaciones revolucionarias que dieron origen a la Liga Comunista 23 de Septiembre. Meses después, a raíz del conflicto suscitado entre el Partido de los Pobres y la Liga Comunista 23 de Septiembre, desembocando en la expulsión de los brigadistas de la Liga del seno de la Brigada Campesina de Ajusticiamiento, los núcleos de la organización incorporados a las filas del PDLP tomaron partido a favor de las posiciones de Lucio Cabañas. El MAR había mantenido estrechas y fraternas relaciones con el PDLP, incluso mandó de apoyo a militantes de primera fila, como fue el caso de Oscar Javier Gaytán Saldívar[4], coordinándose trabajos entre diversas ciudades y la sierra de Guerrero.

Definiendo que existían profundas diferencias de concepción, organización y reclutamiento José Luis y otros compañeros decidieron separarse del proceso que había dado vida a la Liga Comunista 23 de Septiembre y refundaron la organización intentando corregir su planteamiento foquista.

Junto con Elín Santiago Muñoz, en 1975 elaboraron los documentos de “Estrategia y Táctica”, los cuales marcaron una nueva etapa del MAR y la rectificación de muchas posturas incorrectas sostenidas anteriormente. Lo más importante fue que la estructura orgánica cambió de grupos o columnas especializadas de “x” actividad por la estructura celular, ligada estrechamente al trabajo de masas; del enfrentamiento directo contra el Estado y sus aparatos de represión y la realizaciones de acciones espectaculares, a la del trabajo de masas y la construcción clandestina de la vanguardia revolucionaria.

Elín Santiago Muñoz nació en la población de Villa Flores, Chiapas. Terminó sus estudios magisteriales en la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa, Guerrero. Ingresó al MAR en 1974 en el equipo de formación, poco después pasó a formar parte de la dirección nacional de la organización.[5]

José Luis como miembro de la dirección nacional recorrió gran parte del país para conocer de cerca los grandes problemas económicos, políticos y sociales del pueblo de México, lo que le permitió elaborar sobre la práctica las tácticas a seguir, corrigiendo los errores de concepción; la organización rectificó y transformó su línea política de la “concepción del foco guerrillero y el desarrollo de la guerrilla urbana” a la del “trabajo político de masas con una dirección revolucionaria”.

Desde la clandestinidad, conjuntamente con Elín Santiago Muñoz y otros más, formaron algunas organizaciones de masas con dirección revolucionaria en distintas regiones del país, como fueron Alianza Campesina del Noroeste en el estado de Chihuahua; Movimiento Independiente de la Laguna en la región lagunera (Durango-Coahuila); Movimiento de Liberación Político Sindical en Michoacán; Unión Magisterial Independiente en el Valle de México; Unión Campesina Independiente en Puebla; Comité Promotor de Lucha Campesina Popular en Veracruz; y Unión de Ejidos en el Valle del Yaqui en Sonora.

Desde 1975 hasta 1979, gracias a los denodados esfuerzos de José Luis, se fortalecieron las relaciones entre lo que quedaba del MAR y las organizaciones político-militares Asociación Cívica Nacional Revolucionaria, Partido de los Pobres y Organización de Jóvenes Hacia el Socialismo (“Ojas”, conformando lo que se conoció con el nombre de la “Cuadri”; coordinadora nacional guerrillera que editó el boletín clandestino “El Sentir de los Pobres”.

José Luis no era un Dios ni un asceta. Era un “enamorado”, conducta que le granjeó fuertes criticas al interior de la organización. Su primer compromiso amoroso fue un fracaso. Era demasiado posesivo con las mujeres, probablemente como producto de su falta de afecto materno que tuvo en su infancia. Se enamoró de una compañera legalmente comprometida con otro hombre, más adelante rompió su compromiso con ella a consecuencia de discrepancias ideológicas a pesar de militar ambos en la misma organización; al final, Ana María pasó a formar parte de otro grupo revolucionario armado.

Tiempo después contrajo matrimonio por las “leyes revolucionarias”[6] con Minerva Armendáriz Ponce[7], por aquella época de tan sólo 16 años de edad, militante también del MAR; los responsables designados por la organización fungieron como jueces y testigos. Los padres de Minerva se opusieron al principio a la relación matrimonial, a su vez algunos de sus compañeros también los criticaron. Fruto de su unión fue el nacimiento en 1974 de su primer hijo, el cual recibió el nombre de Carlos David.

Minerva cayó detenida y fue encarcelada en octubre de 1973. Las relaciones entre ella y José Luis se enfriaron rápidamente; sólo por carta mantuvieron comunicación. Tres meses después de haber obtenido su libertad, la dirección del MAR le comunicó que José Luis ya había adquirido compromiso con Laura Elena Gaytán Saldivar, cuyos dos hermanos por aquella época pertenecían a la dirección nacional.

José Luis conoció en el verano de 1973 a Laura Elena, estudiante de preparatoria. En abril de 1974 inició una relación personal con ella que culminó en el registro civil de la ciudad de Chihuahua en 1975. José Luis adoptó el seudónimo de “Ricardo Ríos Mares”, nombre con el que aparece su acta matrimonial. Desde entonces vivieron como pareja hasta el día de su muerte. De esa nueva unión nació en noviembre de 1976 un niño que lleva el nombre de Inti.

“José Luis en esta última relación fue ante todo un camarada, preocupado siempre por colaborar en los detalles más cotidianos; así como un gran padre consciente de su papel como tal en la crianza y educación de su segundo hijo. Alegre, amable y siempre comedido, dedicando gran parte de su tiempo libre tanto al estudio y preparación física como al cuidado y acercamiento con su hijo y compañera. Al respecto hizo algunos poemas donde plasmaba claramente su concepción acerca del amor, vinculado éste siempre al amor por su pueblo y a su fe y certeza en que este alcanzaría su libertad.”[8]

José Luis fue una persona disciplinada en todas las actividades que realizó. Diariamente se ejercitaba. Fue metódico en su preparación teórica. Sus armas siempre estaban limpias y en buen estado. Tocaba muy bien la guitarra. Amenizaba y cantaba en las reuniones de compañeros y familiares. Hizo poesía romántica y revolucionaria. Honesto, sencillo en su trato con la gente, supo ser amigo de aquellos que le brindaron su amistad. Fue un gran compañero con los que le tocó convivir. Siempre antepuso los intereses de los demás sobre los propios. Abnegado hacia la revolución y la organización; audaz y decidido en las acciones militares y valiente hasta lo temerario al enfrentarse al enemigo de clase. Incluso llegó a ejercer como médico empírico y autodidacta.

Junto con Elín Santiago Muñoz, escribió los documentos internos del MAR que llevaron el nombre “Táctica Guerrillera”, “Explosivos” y “Estrategia y Táctica”. Por sí sólo: “Poema a mi hijo” (dedicado a su hijo Carlos), “Marcha hacia la libertad”, “Carta a una maestra de artes plásticas”, “Año nuevo que niegas el pasado” e infinidad de poemas revolucionarios.

Dentro de su paso por el MAR llevó los seudónimos de “Abel”, “Jorge”, “Carlos””Néstor”, “Ricardo”, “Omar”, “Raúl”, “Pedro”, “El Maistro” y “Saltarín”.

Cuando sus hijos Carlos e Inti contaban con 5 y 2 años de edad respectivamente, cayó junto con Elín Santiago Muñoz en una emboscada montada por agentes de la Brigada Blanca, Policía Judicial Federal y Ejército Mexicano en las calles 32 y Zacatecas, en Torreón, Coahuila, al llegar a la casa donde debía celebrarse una reunión de Comité Ejecutivo Nacional. Domicilio que horas antes, por información obtenida a través de la tortura del combatiente Alejandro Peñaloza García, secuestrado días antes, había tomado la Brigada Blanca a sangre y fuego, deteniendo a todos sus moradores; entre ellos se encontraba Laura. Al llegar su automóvil a la casa ocupada por la Brigada Blanca se cerró en torno de ellos un triple dispositivo policial y militar. José Luis y Elín se enfrentaron a casi un centenar de elementos bien armados y estratégicamente parapetados en las casas y edificios cercanos. Elín murió acribillado detrás del volante mientras que José Luis logró salir del Volkswagen y responder a las descargas cerradas dirigidas a ellos, incluso llegó a herir a un policía de gravedad. Finalmente su cuerpo sin vida quedó tendido en la calle. Uno de los agentes participantes llegó a exclamar: “Estos sí son hombres, no chingaderas”.

Los cuerpos fueron envueltos en lonas del ejército y, junto con los demás miembros de la dirección nacional del MAR y sus familias, fueron trasladados bajo un fuerte dispositivo militar al Campo Militar No. 1, en la Ciudad de México. Los cadáveres fueron depositados en el Servicio Médico Forense, donde fueron rescatados cuatro meses después por su familiares.

“En pleno estado de descomposición, cubierto por una lona del ejército, se pudo constatar que presentaba múltiples heridas de bala así como el consabido tiro de gracia en la frente. Sin embargo lo más sorprendente fue su marcada sonrisa de satisfacción en su alegre rostro casi irreconocible”.[9]

Sus restos fueron trasladados a su natal Acapulco, Guerrero; fue sepultado en el panteón municipal el 9 de agosto de 1979. Elín Santiago Muñoz fue enterrado en Chiapas.

Notas:

[1] Versión revisada y corregida de la primera aparecida en marzo de 2003.

[2] La mayoría de los datos fueron tomados de Datos biográficos de: José Luis Martínez Pérez y otros documentos pertenecientes al archivo histórico del Movimiento de Acción Revolucionaria 9 de Abril, escritos a máquina de escribir, sin firma, ni fecha de elaboración, así como de diversas entrevistas a familiares y amigos.

[3] En el libro de Fernando Pineda Ochoa, En las profundidades del MAR (El oro no llegó de Moscú), Plaza y Valdés Editores, México, 2003, p. 195, se señala que José Luis nació en Cutzamala de Pizón, Guerrero.

[4] Oscar Javier Gaytán Saldívar fue detenido-desaparecido el 4 de septiembre de 1974 en el estado de Morelos por agentes de la Dirección Federal de Seguridad y Policía Judicial de Morelos. Fue aprehendido junto con Rigoberto Ulloa y Lourdes Quiñónez al intentar trasladar armas a la sierra de Guerrero. El 5 de septiembre de 1974 fueron trasladados al Campo Militar No. 1, ubicado en la Ciudad de México. Rigoberto y Lourdes recuperaron su libertad. Javier continúa hasta la fecha engrosando la lista de los detenido-desaparecidos.

[5] Pineda Ochoa, op. cit., p. 211.

[6] Dentro de los estatutos del MAR se regulaban los matrimonios, es decir, se regían los criterios por los cuales se autorizaban las relaciones y uniones matrimoniales; era la dirección nacional la única autorizada para aprobar o no esas conductas. No acatar sus decisiones significaba atenerse a las medidas disciplinarias conducentes.

[7] Su hermano Carlos Armendáriz Ponce cayó heroicamente en combate al cubrir la retirada de sus compañeros dentro del foco revolucionario comandado por Oscar González Eguiarte, en la Sierra de Chihuahua, el 23 de agosto de 1968.

[8] Datos biográficos de: José Luis Martínez Pérez, archivo histórico del Movimiento de Acción Revolucionaria 9 de Abril.

[9] Ibídem.

La Bandera Roja, Himno del Movimiento de Acción Revolucionaria, 1975


La Bandera Roja
(Himno del Movimiento de Acción Revolucionaria)

La Revolución
Avanza ya
Y su firme marcha
Nada detendrá.

La Bandera Roja
Al frente va
Mil y mil victorias
Ésta alcanzará.

El pueblo en armas va
Dispuesto a luchar
Y antes de ceder
Dispuesto a morir.

Tiemblan los canallas
Los explotadores
La bandera roja
Los aplastará.

Manto popular
La bandera roja
Cubre el cadáver
Del caído.

La gloriosa llama
De su sangre heroica
Fieros combates
Ésta encenderá.

El pueblo en armas va
Dispuesto a luchar
Y antes de ceder
Dispuesto a morir.

Tiemblan los canallas
Los explotadores
La Bandera Roja
Los aplastará.

Homenaje al Movimiento de Acción Revolucionaria, Asamblea Legislativa del Distrito Federal, 12 abril de 2007

SEGUNDO AÑO DE EJERCICIO

Dip. Avelino Méndez Rangel
(Homenaje al Movimiento de Acción Revolucionaria)

VERSIÓN ESTENOGRÁFICA


Auditorio “Benito Juárez” 12 de abril de 2007


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EL C. MODERADOR.- Compañeras y compañeros, en unos momentos se incorpora el diputado Avelino Méndez Rangel, hay otros diputados que también estarían presentes en la sesión, nada más que terminamos hace unos minutos la sesión ordinaria de la Asamblea Legislativa, pero la propuesta es que arranquemos, con los que estamos presentes arranquemos la presentación de los libros.

¿Están de acuerdo? Entonces le pedimos al doctor Alberto López Limón, autor del libro “David Jiménez Sarmiento: Por la Senda de la Revolución”, que pudiera subir el presidium y también a los comentaristas, licenciada Cristina Tamariz y Miguel Méndez. Por favor, si gustan pasar al presidium para hacer la presentación de este libro del doctor Alberto López Limón.

Compañeras y compañeros, disculpen la tardanza en comenzar.

Iniciaría la licenciada Cristina Tamariz y le damos la palabra sin más preámbulo.

LA C. LICENCIADA CRISTINA TAMARIZ.- Pues aunque somos muy poquitos, vamos a empezar.
Espero no cansarlos. Yo traje un texto, no es muy grande, es breve y muy conciso.

David Jiménez Sarmiento, 1949-1976, fue en vida uno de los dirigentes más respetados dentro de la Liga Comunista 23 de Septiembre. Desde sus inicios en la guerrilla como parte del comando armado Lacandones, Chano, como sería conocido en el ambiente clandestino, mostró actitudes para las operaciones militares, gracias a lo cual llegó a convertirse en el jefe militar de la Brigada Roja, el núcleo de la liga que operaba en la Ciudad de México.

La familia de David fue una de tantas que pagó con desapariciones, asesinatos y torturas el sueño de la Revolución socialista. Su hermano menor, Carlos, cayó preso en el 72 por sus actividades como parte del comando Lacandones; Arturo Rivas, su primo, correría la misma suerte en noviembre del 73 pero ya como miembro de la Liga.

En el mes de mayo del 75 es detenido David Jiménez Fragoso, padre de Chano, quien se desempeñaba como integrante del Comité de Impresión de la Brigada Roja. Su destino final, como el de cientos de militantes, fue la desaparición.

Casi al mismo tiempo de sufrir la pérdida de su padre, David Jiménez enfrentó el asesinato de su primera esposa, Teresa Hernández Antonio, mejor conocida como Alejandra, con quien procreó 2 hijos. La mañana del domingo 15 de junio del año 75, Alejandra y Adolfo Lozano Pérez Mariano, perdieron la vida luego de un enfrentamiento con agentes de la Dirección Federal de Seguridad.

El cuerpo de Alejandra quedó destrozado luego de recibir 11 impactos de bala, todos por la espalda, mientras que a Mariano le bastaron 5 para perder la vida. Ambos cuerpos presentaban el tiro de gracia.

El siguiente en la lista roja de la familia Sarmiento sería el propio David. Las coordenadas de su muerte indican un lugar, las calles Atlixco y Juan Escutia de la Colonia Condesa; y un día 11 de agosto de 1976 el intento de secuestro de la burguesa Margarita López Portillo, hermana del Presidente electo, sería la última operación dirigida por el Chano.

Un día después de la muerte de Jiménez Sarmiento, un diario de circulación nacional consignaba en su edición del 12 de agosto de 1976: Los lectores de El Heraldo de México pueden apreciar hoy las fotos que revelan la sangre y la masa encefálica despedazada de David Jiménez Sarmiento. Así caen y terminan los guerrilleros, despedazados en el pavimento, con la metralla en sus rostros y miembros, víctimas de la violencia que pregonan. En una democracia sólida como la que sostiene la madurez libertaria del Pueblo Mexicano, esta ruindad subversiva será repudiada y aplastada.

Se podría pensar que en un contexto que solapaba por todas las vías y todos los medios el exterminio de la disidencia, el discurso anterior era sólo un reflejo de la manipulación informativa y de la otra campaña en términos reales, igual de letal a la emprendida por los cuerpos extrajudiciales que se expresaba en una guerra psicológica, anticomunista y nacionalista a ultranza, desplegada en los medios de comunicación para justificar el aniquilamiento del movimiento armado.

Sin embargo, en pleno siglo XXI sobrevive ese discurso que descalifica y tergiversa los hechos de un episodio casi desconocido e ignorado de nuestra historia contemporánea, sin bases ni argumentos. Para prueba basta con hojear el libro de Julio Sherer García “Los Patriotas de Tlatelolco” publicado en el 2004, en el cual lejos de documentar la trayectoria de la guerrilla en México, descalifica a sus integrantes con adjetivos moralizadores propios de un periodista oficioso y de bajo perfil.

Sherer sataniza a Jiménez Sarmiento por su fama de mujeriego, lo tacha de matón y traficante, le parece un personaje idóneo para una antología del crimen, aunque ignore su nombre de guerra y lo confunda con el de Luis Miguel Corral García “el piojo blanco”.

En un par de párrafos Sherer equivoca incluso la fecha en que murió Chano, según él no fue el 11 sino el 12 de agosto cuando ocurre el deceso. Ese es el tipo de historias oportunistas que no se merecen ni los sobrevivientes del movimiento armado ni la sociedad en su conjunto.

Sin embargo, hay otra vertiente en las investigaciones sobre el periodo de la guerra sucia, y en estas se inscribe el libro del doctor López Limón “David Jiménez Sarmiento: Por la Senda de la Revolución”, el cual alejado de imprecisiones históricas y juicios de valor nos presenta una historia escrita a partir de los documentos de la extinta Dirección Federal de Seguridad, cuyo archivo se abrió al público en junio de 2002.

López Limón y otros ex militantes que en su momento fueron parte del equipo que apoyó a la Fiscalía Especial para los delitos del pasado, decidieron por cuenta propia iniciar el rescate de la memoria histórica echando mano de fuentes hasta hace poco inaccesibles, como el Archivo de la Dirección Federal.

Como parte de un esfuerzo independiente, el libro de López Limón es el primer producto del Centro de Investigaciones Históricas de los movimientos sociales Rubén Jaramillo, su mérito consiste en socializar la historia del movimiento armado, un reto que la propia Fiscalía no quiso o no supo asumir para que la historia velada de la guerrilla saliera a la luz.

López Limón emplea como brújula la vida de Jiménez Sarmiento para llegar a la historia de la Brigada Roja. Sin duda su vida es una de las pocas que permite un acercamiento en el plano personal, político e histórico al desarrollo de las acciones de la guerrilla urbana en la Ciudad de México. Esta circunstancia es aprovechada de manera extraordinaria por el doctor López Limón, ya que no se limita a reconstruir de manera aislada los acontecimientos que marcaron la vida y muerte del jefe guerrillero.

En sus 130 páginas el lector puede advertir la lógica criminal de la policía política. Como una especie de rompecabezas, el autor presenta de manera cronológica los procesos de creación y deslinde que marcaron a la Liga Comunista entre 1973 y 1976.

Para tal efecto reorganiza cerca de 300 expedientes debidamente citados en las notas al pie y los confronta con el testimonio de algunos sobrevivientes. Las limitaciones de esta investigación son enunciadas por el mismo autor al reconocer que se trata de un primer acercamiento, sobre todo documental a la vida de Jiménez Sarmiento.
López Limón no busca poner un punto final a la historia de la Liga en el D.F., al contrario, la mejor respuesta a su trabajo sería provocar a más investigadores y periodistas para adentrarse en uno de los episodios más apasionantes de nuestra historia reciente.

Documentar la historia de la clandestinidad no es tarea fácil, sin embargo el libro del doctor Limón constituye un claro ejemplo acerca del rumbo que seguirán investigaciones futuras.

La historia de la guerrilla como nunca antes está vigente, así lo demuestra el clima enrarecido luego de las polémicas elecciones el 2 de julio y el surgimiento de grupos que reivindican la vía armada. En apariencia las condiciones políticas que alimentaron el descontento se repiten, la diferencia es que nosotros tenemos un claro presidente para no caer en las mismas provocaciones que en los años 70 dejaron una estela de impunidad, muerte y persecución.

Muchas gracias.

EL C. MODERADOR.- Lo prometido se cumplió, texto breve, conciso y muy claro.
Le agradecemos a la licenciada Cristina Tamariz estos comentarios.
Le damos la palabra al compañero Miguel Méndez.

EL C. MIGUEL MÉNDEZ.- Buenas tardes.

A la memoria de David Jiménez Sarmiento:
Hay fechas indelebles que dejan huella como gruesa cicatriz en el corazón y la conciencia de muchos hombres y mujeres. José Luis Moreno Borbolla, compañero de armas del compañero Chano.

Con la publicación del libro “David Jiménez Sarmiento: Por la Senda de la Revolución”, del doctor Alberto López Limón, Director Académico del Centro de Investigaciones Históricas de los Movimientos Sociales Rubén Jaramillo, editado con motivo del 30 Aniversario de la muerte de uno de los comandantes de la Liga Comunista 23 de Septiembre, rendimos un pequeño pero significativo homenaje a Alejandro, Azar, Chon, Víctor Manuel Ramírez, Adrián, Damián, Federico, Antonio, Luciano, todos ellos pseudónimos utilizados durante la vida guerrillera de David, y quien fuera más conocido como Chon.

David Jiménez Sarmiento participó como líder estudiantil en la Escuela Preparatoria número 9 durante el movimiento estudiantil de 1968.

¿Pero qué fue el movimiento estudiantil del año 68 para esta generación? ¿Por qué surge este conflicto que abarcó a prácticamente todas las universidades del país? La respuesta está en la falta de libertades e injusticias en el mismo. Junto con la atmósfera internacional, la llamada guerra fría, crean una generación de jóvenes que por primera vez y abiertamente cuestionan al sistema y su sociedad.

A esa generación estudiantil la influyen las luchas democráticas de los ferrocarrileros, los médicos y los maestros. Movimientos que fueron reprimidos en su momento.

La intolerancia del régimen se dejó sentir cuando un grupo de estudiantes conmemoraba el 26 de julio, fecha importante para el Movimiento Revolucionario de Cuba.

A estos hechos le siguieron la intervención del ejército en planteles de la UNAM y después del Politécnico, lo que provocó la indignación de la comunidad universitaria. Maestros, trabajadores manuales y estudiantes salieron a las calles como muestra de repudio a estas acciones del Estado. A diferencia de otros países, los estudiantes mexicanos no tenían demandas académicas, su objetivo era la democratización del país.

Los ataques a este movimiento no se hicieron esperar desde los medios de comunicación. El aparato gubernamental apoyado en ellos transmitió su mensaje maniqueo, pues se decía del movimiento estudiantil que era dirigido por agitadores profesionales que nada tenían que ver con los estudiantes y que tendrían como fin desestabilizar al país.

Las garantías individuales estaban truncas, la población no podía protestar en las calles ni congregarse y discutir temas políticos o asociarse políticamente, pues lo prohibía el artículo 145 y 145-bis referente a la disolución social.

Debido a que las brigadas de propaganda eran el alma del movimiento, también fueron las primeras en resentir todo el aparato represivo del Estado. Las universidades fueron los lugares en donde se comenzó a romper esa barrera de la información, papel, tinta e imaginación son elementos que conjugados pueden llegar a crear medios alternativos y eficientes de comunicación.

La universidad se convirtió en centro generador de información, pintas en la ciudad, se tomaron muros como lienzos para hacer visibles consignas alusivas al movimiento, a la represión y a los puntos del pliego petitorio.
El ejército tiene la función de defender a un país de invasiones y está al servicio del pueblo. En el caso de México fue utilizado en contra de la población para reprimirla, allanó escuelas y sin importar su valor artístico y arquitectónico, el 30 de julio volaron de un bazucazo la puerta de San Ildefonso, que tenía 400 años de existencia; tomaron el Casco de Santo Tomás el 23 de septiembre, después de un enfrentamiento desigual contra los estudiantes que duró aproximadamente 3 horas.

La universidad también fue tomada el 18 de septiembre, entró el ejército con todo y tanques violando la autonomía de la universidad. La toma de la instalación duró hasta el 30 de septiembre, día en que entregaron las instalaciones.

Para el 2 de octubre el CNH tenía programada una marcha de la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco al Casco de Santo Tomás, pero se canceló y decidió hacer un mitin en dicha plaza.
Mientras oradores y miembros del Consejo se encontraban en el desarrollo del mitin, una bengala se vio en el cielo y acto seguido el ejército tiroteó indiscriminadamente a los asistentes, dando lugar a una de las masacres más despiadadas que marcó la historia de este país.

El movimiento estudiantil y la represión ejercida en su contra llevó a muchos jóvenes a la vía armada, como respuesta a la violencia ejercida desde el aparato de Estado en contra de los movimientos democráticos y populares de los años 60.

David Jiménez Sarmiento pasó a formar parte del Movimiento Armado Socialista, integrándose al grupo de los Lacandones, formado inicialmente por María de Lourdes Quiñónez Treviño, su esposo Rigoberto Lorence López, Arturo Rivas Jiménez, Valente Irena Estrada y Joel Chávez Treviño.

El inicio del año de 1972. David con el pseudónimo de Alejandro participa como miembro del Comando Patria o Muerte.

Para fines del 72 participa en el Comando Pablo Alvarado, ahora con el pseudónimo de Adrián.

Ya en el año del 73 y después de haber sido apresado un gran número de integrantes de los Lacandones, se da una reestructuración de la organización quedando al frente José Alfonso Rojas Díaz y David Jiménez Sarmiento.
El grupo de los Lacandones con ellos en la dirección inicia una serie de reuniones principalmente con el grupo conocido como Los Procesos, Los Guajiros, La Brigada Campesina del Ajusticiamiento del Partido de los Pobres, entre otros, iniciándose el reagrupamiento de la militancia de todas las organizaciones político militares que desembocaría en la formación de la Liga Comunista 23 de Septiembre, nombre que adoptó la nueva organización en memoria a los caídos durante el asalto al cuartel de madera en Chihuahua el 23 de septiembre del 65, acción realizada por el Grupo Popular Guerrillero, encabezado por el profesor Arturo Gámez y el doctor Pablo Gómez.

A la reunión en Guadalajara del 15 de marzo del 73 para la fundación de la Liga asisten representantes del Frente Estudiantil Revolucionario (FER), Movimiento de Acción Revolucionaria (MAR), Movimiento Estudiantil Profesional (MEP), Grupo 23 de Septiembre y Lacandones. David Jiménez Sarmiento es el único participante por los Lacandones.

Al integrarse la dirección de esta nueva organización, se nombra un buró político en donde aparecen como miembros José Angel García Martínez, Gabriel; Ignacio Arturo Salas Obregón, Vicente o José Luis; José Leopoldo Angulo Luquen, Matus; José Ignacio Torres, El Sebas; Rodolfo Gómez García, Nacho; y Manuel Gámez García, Julio o Remo; y se integra un comité militar bajo la responsabilidad de José Leopoldo Angulo Luquen; David Jiménez Sarmiento, Damián; y Francisco Alfonso Pérez Rayón.

El libro que nos entrega el profesor Alberto Limón es muy rico en información, nos lleva a conocer una parte importante de la Liga Comunista 23 de Septiembre, las actividades de la Brigada Roja, las acciones armadas, actos de expropiación y las reestructuraciones que tuvieron durante un periodo de lo más álgido de la lucha, nos da a conocer a la organización armada, la estructura que se montó para dar a conocer los objetivos políticos a través de la propaganda armada y el periódico Madera, el grado de responsabilidad que cada uno de los militantes tuvo en su participación en el movimiento armado, además de un recuento de los detenidos, detenidos, desaparecidos y ejecutados extrajudicialmente.

Todo esto nos permite conocer más de cerca toda la estructura con la cual la Liga Comunista enfrentaría la violencia del Estado.

La contrainsurgencia. En el gobierno de López Mateos se utilizó a grandes contingentes militares para romper la huelga ferrocarrilera en 59; para controlar las huelgas de Teléfonos de México y la Compañía de Aviación; en 61 reprimieron manifestaciones populares en Acapulco y ocuparon la Capital de San Luis Potosí ante los disturbios poselectorales de ese mismo año.

A partir de ese periodo se incrementa la compra de armas para el ejército mexicano.

Para el 60, a Estados Unidos se les compran 350 ametralladoras Browning calibre 30; 2600 fusiles, ametralladoras calibre 30; 10000 carabinas M2 calibre 3; 2000 granadas explosivas y fumígenas calibre 105 mm; 2000 granadas explosivas y fumígenas calibre 75 mm; 1, 269,911 cartuchos calibre .50 y .30.

Pero si López Mateos había iniciado la persecución y matanza de los luchadores sociales, Díaz Ordaz le dio seguimiento a esta estrategia contrainsurgente y preparó a las fuerzas armadas para enfrentarlas contra la naciente guerrilla rural.

En los primeros meses del 65 el ejército mexicano reforzó abastecimiento de armas y municiones para las tropas de tierra, dio de alta 8 batallones de infantería y desplegó a más de 12 mil tropas en las maniobras de las fuerzas armadas en el Istmo de Tehuantepec.

La nueva doctrina militar del Estado instruía a cada uno de los 34 zonas militares existentes para el 65 a conocer a fondo el terreno de las operaciones de guerra irregular y control de disturbios civiles por medio de ejercicios táctico regionales.

A la destrucción de la guerrilla rural de Chihuahua y de Guerrero, con todas las consecuencias que dejó el despliegue de tropas en la costa grande y costa chica del Estado de Guerrero y el surgimiento de la guerrilla urbana, el ejército se involucró en el exterminio de los grupos como el MAR, el FUS y la Liga Comunista 23 de Septiembre, a través del intercambio de inteligencia con las corporaciones policiacas.

Para destruir a los movimientos armados, los cuerpos de seguridad recurrieron a la detención y allanamiento sin orden judicial, a la tortura, a las cárceles clandestinas, a la ejecución, a la desaparición forzada y al encarcelamiento.

El combate a la guerrilla implicó una compleja organización de fuerzas alternas o combinadas del ejército. La Dirección Federal de Seguridad, la Dirección General de Investigaciones Políticas y Sociales, policías anticonstitucionales como la División de Investigaciones para la Prevención de la Delincuencia, y grupos paramilitares como Los Halcones y la Brigada Blanca.

Durante 30 años la Dirección Federal de Seguridad fue dirigida por militares, entre ellos los coroneles Leancho Castillo Venegas y Manuel Rangel Escamilla; y los capitanes Fernando Gutiérrez Barrios y Luis de la Barreda.
En 1976 el Presidente López Portillo nombró a Javier García Paniagua como nuevo Director de la Federal de Seguridad, ahí terminaba la era de los militares y empezaba la de los civiles. En 78 nombra a Miguel Nazar Haro.

La proliferación de la guerrilla llevó a que Luis Echeverría Alvarez creara en 73 la Dirección General de Investigaciones Políticas y Sociales, ambas corporaciones, la DFS y la Dirección General de Investigaciones Políticas y Sociales, policías anticonstitucionales como la División de Investigaciones para la Prevención de la Delincuencia formaron parte de la Brigada Blanca, que se integró en 76 como Escuadrón de la Muerte, especializándose en contrainsurgencia urbana.

La Brigada Blanca estaba encabezada por dos coroneles del ejército, Luis Montiel López y Guillermo Alvarez Nahara. Durante 7 años de su existencia hubo cientos de desapariciones forzadas.

Hoy se sabe que entre 1963 y 1982 más de 1700 mexicanos, en su mayoría jóvenes, tomaron las armas y se integraron a más de 30 organizaciones armadas, enfrentando a todo un gran aparato del Estado dedicado al exterminio de estos movimientos.

Los jóvenes que se integraron a la Liga Comunista 23 de Septiembre conocerían en carne propia las atrocidades de estas corporaciones.
Muchas gracias.

EL C. MODERADOR.- Agradecemos al compañero Miguel Méndez estas palabras, estos comentarios al libro de Alberto López Limón “David Jiménez Sarmiento: Por la Senda de la Revolución”.

Proponemos al auditorio que pudiéramos pasar a los comentarios de los siguientes libros y que al final pudiéramos establecer una ronda de preguntas y respuestas sobre los 3 textos, en virtud de que entiendo que están muy ligados.

No sé si estamos de acuerdo, si es correcto como se plantea. Sí.

Entonces el libro de José Arturo Gallegos Nájera “La Guerrilla en Guerrero”, dado por el Centro de Investigaciones Históricas de los Movimientos Sociales Rubén Jaramillo Menes, coorganizador de este homenaje, sería comentado por el profesor Agustín Evangelista Muñoz, quien de última hora tuvo un problema, no puede estar presente con nosotros el día de hoy, pero tenemos aquí el texto que había preparado, que preparó para esta ocasión, que va a leer el compañero Alberto López Limón.

Le pedimos a la licenciada Eneida Martínez que pueda subir al presidium para establecer el comentario del libro del compañero José Arturo Gallegos Nájera “La Guerrilla en Guerrero”.

Desde luego, le pedimos al autor, quién sabe qué traigo con los autores desde ayer, pero le damos un aplauso al compañero José Arturo Gallegos Nájera para que pueda estar aquí en el presidium en los comentarios de su texto. Gracias, compañeros.

Entonces la licenciada Eneida Martínez iniciaría con el comentario.

LA C. LICENCIADA ENEIDA MARTÍNEZ.- Buenas tardes.

Quiero agradecer a los compañeros y amigos de la Asociación Nacional de Luchadores Sociales y al Centro de Investigaciones Históricas de Movimientos Sociales Rubén Jaramillo Menes, por la invitación a participar en la presentación del libro de José Arturo Gallegos Nájera. También agradezco la presencia de todos ustedes.

Antes de entrar en materia con el libro de Arturo Gallegos haré un apretado pero necesario contexto histórico del Estado de Guerrero.

A partir de los Estados de Puebla, Michoacán y el Estado de México, en el año de 1849 queda constituido el Estado de Guerrero, un territorio donde se emprenderán importantes luchas.

En la Revolución Mexicana muchas de las fuerzas que peleaban en el Estado cambiaban de bando según quién se encontrara en el Ejecutivo, y en las condiciones de guerra en que se hallaba en esos momentos el país, era de esperarse que no hubiera garantías para el inquilino de la silla presidencial.

A pesar de esos cambios de bandos, siempre hubo hombres y mujeres guerrerenses que peleaban por mejorar su condición de miseria heredada de generación en generación. Recordemos en los años 20 la presencia de los hermanos Escudero y en particular de Juan Arnulfo Escudero, fundador del Partido Obrero de Acapulco; de igual forma a los hermanos Vidales enarbolando el Plan Valadero, que una proclama y una guerra contra los residuos de la oligarquía española en Acapulco.

Tanto la lucha de los Escudero como la de los hermanos Vidales tuvo un claro sentido a favor de los campesinos y en general de las clases más desprotegidas.

Otros grupos que defendieron a los campesinos se movilizaron en el municipio de Atoyac en el año de 1923 cuando un grupo de agraristas de la Liga Local Campesina, encabezada por Manuel Téllez y David Flores forman una guerrilla de autodefensa; en noviembre de ese mismo año fue asesinado Manuel Téllez por la policía del municipio. Empero, este acontecimiento lejos de desmotivarlos forman un grupo de aproximadamente 200 hombres encabezados por Feliciano Radilla, también lo integraron zapatistas de la región como Pedro Cabañas.
Al arribo de Lázaro Cárdenas a la Presidencia se dio cuenta de los graves problemas relacionados con la tierra, esto lo hizo visualizar e iniciar una reforma agraria intensificando la entrega de tierra por la vía ejidal, ya que funcionaría como un dique para detener o minorizar el descontento acumulado por varios años del sector campesino carente de tierras.

Sin embargo, la situación de la gran mayoría de los campesinos seguía siendo de extrema pobreza, la clase gobernante sólo veían en Guerrero un lugar para saquear, un lugar para hacerse ricos y no sólo eso, acallaban a punta de balazos el descontento social.

Los gobernantes en Guerrero se han caracterizado por su despotismo e intolerancia, los problemas sociales los resolvían y resuelven con el uso de la fuerza. Esa fue la característica del general Luis Raúl Caballero Aburto, su mandato 1957-1960 se caracterizó por el nepotismo, la violencia, el enriquecimiento ilícito, la corrupción; modificó las leyes para castigar cualquier descontento por parte de la población ya sea por manifestaciones o reuniones políticas; hizo promulgar un nuevo Código Penal con el propósito de castigar con mayor severidad los actos que eran calificados como delictivos, incitación a la rebelión, sedición, entre otras cosas.

Varios son los conflictos sociales que se desataron debido a la violencia que vino de parte del gobernador y su camarilla. La gota que derramó el vaso de agua, es decir lo que provoca que lo destituyan del poder es la matanza en Chilpancingo el 30 de diciembre de 1960 provocada por la fuerza represiva del gobierno.
Los contingentes sociales que se formaron para destituir al gobernador provienen de varios sectores de la sociedad, todos perseguían un fin común: que Caballero Aburto se fuera. En esos momentos es donde se empieza a notar la presencia de Genaro Vásquez y también del estudiante normalista Lucio Cabañas Barrientos.
A pesar de haber destituido a Caballero Aburto los siguientes gobernadores siguieron con el mismo tenor en su forma de llevar las riendas de un estado que se le veía como un botín.

Por otro lado, los campesinos y sectores más pobres seguían defendiéndose como podían de la voracidad de la clase gobernantes, defendiéndose ante los acaparadores de cosechas, defendiendo los bosques que eran saqueados por las industrias madereras, organizándose ante el abuso de autoridad de un par de directoras de unas escuelas primarias; sí, porque hasta en los pequeños reductos que parecían insignificantes ahí se encontraban los caciques saqueando hasta la última gota de sangre del sector más golpeado por la pobreza.
Lucio Cabañas Barrientos, junto con Serafín Núñez, Hilda Flores y otros maestros, padres de familia y alumnos intentaron por todos los medios acabar con la corrupción de la escuela Modesto Alarcón y posteriormente la Juan N. Alvarez.

En la primera escuela se logró la destitución de la directora y en la segunda ya se había avanzado de manera importante, quitando a los grupos más retardatarios de los puestos administrativos, sin embargo como hemos visto en este rapidísimo repaso histórico, la forma que tienen los gobernantes de resolver los conflictos es por medio de la represión y así lo hicieron.

El 18 de mayo de 1967 la Policía Judicial, cobijada por los caciques y autoridades, atacó un mitin encabezado por Lucio Cabañas, matando a varias personas que sólo querían mejorar la condición para sus hijos.
¿Pero por qué algo que parece tan insignificante alerta al gobierno y determina masacrar antes que negociar? Porque en el fondo de dicho conflicto no sólo era la destitución de un par de directoras corruptas, quitar el uniformes o la eliminación de las cuotas obligatorias, era hacer frente al poder político enraizado y personificado en los caciques que desde hacía tiempo era la suerte de los campesinos, era acabar con la intermediación de los acaparadores que se quedaban con todo: tierras, cultivo, cosechas, dinero, era acabar con la corrupción y abuso no sólo en un centro educativo sino con aquella que practicaban los representantes de la justicia, que utilizaban las instituciones para erradicar cualquier descontento popular, empleando la más peor violencia.

Todo este movimiento popular que aglutinó a varios grupos fue tomando ímpetu al grado que amenazaba con desbordarse a otras zonas del estado y otros ámbitos políticos, de ahí que el gobernador tuviera que intervenir en un conflicto escolar.

Lucio Cabañas Barrientos fue visto como una persona peligrosa, es por eso que la consigna era acabar con él, las puertas de la lucha legal se cerraron y no había más camino que el de la sierra. Esta fue una apretadísima síntesis de una parte del contexto histórico del estado de Guerrero y era necesario mencionarlo para poder ubicar el trabajo de Arturo Gallegos.

Hasta estos momentos son pocas las investigaciones serias que profundicen el estudio de las guerrillas, tanto urbanas como rurales, sin embargo gracias a las memorias de personas que contribuyeron en estas organizaciones político-militares que están saliendo a la luz hemos podido conocer a esos hombres y mujeres de carne y hueso que renunciaron quizá a una vida medianamente holgada para convertirse en guerrilleros; creyeron en un ideal revolucionario sin importarles, no a todos pero sí a una cantidad importante de ellos, que muy probablemente iban a morir en el camino, a ser encarcelados, torturados o desaparecidos. Nada de eso los detuvo, se la jugaron, apostaron por algo mejor.

Es el caso del amigo y compañero José Arturo Gallegos Nájera, que tuve la oportunidad no sólo de leer su libro sino de tener un acercamiento a su modo de ver la vida. Hace poco lo entrevisté para un trabajo de investigación que estoy realizando sobre la guerrilla de Lucio Cabañas y pude enterarme de cosas muy peculiares, sobre todo de que él en aquellos años bien pudo quedarse en su casa con su esposa y vivir de un trabajo que le costeaba las más elementales necesidades.

Como él mismo me dijo, cito: “Mira, yo era un hombre feliz, recién casado, felizmente casado, vivía de mi trabajo, tenía lo indispensable, no vivía con ninguna comunidad porque no era mi ambición vivir con comodidad, sin embargo para comer tenía, trabajaba, vivía, me la llevaba bien tranquila y de pechito”.

No es el único caso, el de Arturo, que abandona una vida medianamente fácil para formar parte de las filas de la guerrilla, fue la situación de muchas personas que cambiaron todos sus hábitos cotidianos por un ideal aún mayor, un ideal que quizá ellos mismos no verían consumado porque, como ya lo dije, muchos estaban conscientes de la posibilidad de morir en una actividad donde la vida pendía de un hilo, donde estuvieron a salto de mato.

Para Arturo Gallegos la visita inesperada de un hombre como Lucio Cabañas a su casa en su definitiva transformó y enriqueció la visión que tenía de la realidad que lo rodeaba.

El libro de Arturo Gallegos salió por primera vez en el año 2004, hoy presentamos la segunda edición de esas memorias que lleva por título: “La guerrilla en Guerrero. Testimonio sobre el Partido de los Pobres y las Fuerzas Armadas Revolucionarias; proyectos, anécdotas, datos biográficos y documentos históricos”.

Es un documento que servirá a todos aquellos que estén interesados en conocer esta etapa de la historia de México y concretamente de Guerrero, son básicamente las vivencias de un hombre que participó y colaboró en primer lugar con el Partido de los Pobres y su brazo armado, la Brigada Campesina de Ajusticiamiento, encabezada por el profesor normalista Lucio Cabañas Barrientos.

Posteriormente Arturo se une con Carmelo Cortés Castro, ex militante de la Brigada para crear las Fuerzas Armadas Revolucionarias y así seguir con la idea de continuar la Revolución, pero ahora en otro espacio, en la zona urbana.

En lo particular me parece importante este trabajo porque recrea estos momentos que solamente por medio de estas memorias o por la historia oral podemos conocer, considero que son las únicas dos formas de acercarnos a la vida interna de las guerrillas.

Por si algo no pudo hacer Gobernación y sus aparatos de inteligencia con respecto específicamente con el Partido de los Pobres, que es el caso que más conozco, fue escudriñar y entender la estructura de este grupo armado. Lo que sí entendieron era que las comunidades de la sierra se habían convertido en redes importantes de apoyo para la brigada, de ahí que todo el arsenal, que toda la brutalidad del Estado fuera dirigida contra los pobladores que en su mayoría eran campesinos.

Estudiar los procesos históricos no es una actividad nada fácil, ya que nos vamos a encontrar con una variedad de puntos de vista muy diferentes del mismo hecho. En las memorias de Arturo vamos a hallar su opinión particular sobre todo ese proceso, quizá algunos compartan ese punto de vista y otros tal vez no lo hagan, sin embargo así es la reconstrucción de la historia, es la materia prima de cualquier historiador ya sea que estudie la época precolombina, el virreinato o el México contemporáneo.

En estos últimos años ha habido un esfuerzo a veces sobrehumano de algunas personas de poner a disposición sus vivencias y darlas a conocer a todo aquel que esté interesado en leerlas. Tampoco es una labor sencilla la publicación y menos para los que no tenemos los recursos parra hacerlo, por eso se agradece a todos aquellos que han luchado contra los obstáculos encontrados en el camino y han podido sacar a la luz algo que no debe quedar en la sombra del olvido.

Yo no sé exactamente por las que haya pasado Arturo para poder publicar este libro, pero sí sé que estas memorias son el resultado de un esfuerzo muy grande, donde quizá tuvo que sacrificar algunas cosas. Si algo tenemos que hacer los historiadores que nos dedicamos a este periodo es por medio de las herramientas teóricas de la historia convertir estas memorias en fuentes primarias para la reconstrucción de los hechos.

Si algo tienen qué hacer los sobrevivientes de este proceso histórico, para aquellos que no lo han realizado, es escribir, desempolvar los recuerdos y darles voz, provocar que griten, que se escuchen bien fuerte y bien lejos para que nunca se olvide de la ignominia de la que fueron capaces los que estuvieron y están frente a un Estado represivo, que él mismo cerró las puertas de la lucha legal y orilló a muchos a tomar el camino de las armas, porque la violencia nunca viene de la parte de los sectores sociales, la violencia siempre viene de parte del Estado y una serie de políticas que agravan la situación y que provocan los estallidos sociales.

Como escribe Carlos Montemayor, cito: “Los movimientos armados son solamente la fase final de una despiadada violencia social, por lo tanto la etiqueta de legítimo o ilegítimo sirve para instrumentar políticas represivas de corte político o militar, pero no sirven para los cambios que se requieren para impedir el estallido de estos conflictos sociales”.

Si algo tenemos que hacer como sociedad es no olvidar lo que pasó, no permitir que nos enajenen y nunca más dejarles que vuelvan a hacer de los más vulnerables y desprotegidos una masa sanguinolenta.
Gracias.

EL C. MODERADOR.- Damos las gracias a la licenciada Heneida Martínez.
A continuación Alberto López Limón leería el texto que preparó el profesor Agustín Evangelista Muñoz.

EL C. ALBERTO LÓPEZ LIMÓN: “Al compañero Arturo Gallegos; a todos los aquí presentes:

Primeramente quiero felicitar al diputado Avelino Méndez Rangel por haber aceptado participar en la realización de este homenaje a los compañeros caídos miembros del Movimiento de Acción Revolucionaria. Espero que las puertas de este Recinto sigan abiertas para futuras actividades que el Centro de Investigaciones Históricas u otras organizaciones lleven a cabo.

Ofrezco disculpas por no poder estar con ustedes en este momento, pero me hubiera gustado ver la cara de mi camarada Gallegos bautizado como el subcomandante no nato de las Fuerzas Armadas Revolucionarias. Me imagino la cara que ha puesto mi compita, desafortunadamente no pude salir corriendo de coraje para ir a tirarse a las playas de Acapulco o a mover la pancita, porque las olas siguen crecidas y la costera está inundada.

Se dice que comentar el contenido de un libro es hablar de las maravillas o el estilo que el autor utilizó, pero mi capacidad no da para tanto. Sólo puedo decir que en el caso de la guerrilla en Guerrero el compañero Arturo narra de sus experiencias, de las vivencias en la sierra como militante o colaborador del Partido de los Pobres.
Los testimonios de un sobreviviente de aquella gesta heroica, donde se arriesga todo, no se puede dudar si fuero ciertas o no, es la versión de quien estuvo en determinadas circunstancias tratando de llevar hasta las últimas consecuencias sus ideales; que si el compañero se cargó más de 30 kilos de alimentos por haberse autopropuesto en la comisión, o si sólo eran 3 kilos pero por el cansancio le parecieron de más peso, es su versión de una experiencia vivida.

El compañero debería de llamarse “Modesto Gallego”, dice que era un aprendiz de sastre, pero no dice que cuando estuvo de huésped distinguido en el hotel de cinco estrellas de Santa Martha Acatitla, aquí en la Ciudad de México, era el responsable de la confección de los uniformes de todo el personal de seguridad, además de supervisar toda la producción.

Qué bueno que el compañero reconozca que se cometieron errores por la falta de preparación o por la inexperiencia de los militantes de la organización, es parte de la autocrítica. Considero que es la parte medular de rescatar la memoria histórica de nuestro quehacer revolucionario de quienes vivimos en carne propia esta etapa de la vida política de nuestro país para que conozcan las nuevas generaciones que los guerrilleros son seres humanos y no extraterrestres.

Los agregados que hizo el compañero Gallegos en esta segunda edición me gustaría que sea él quien nos hable de ello. Yo únicamente quiero recordarle que en la primera edición le manifesté de algunos errores en el contenido, pero ahora en tan sólo 24 horas apenas si pude hojear el trabajo, sin embargo algunas de esas erratas aún persisten. Señalo las páginas.

En la zona de la montaña de Guerrero no existe ninguna comunidad que se llame “Huamuchtitlán”, se trata de “Huamuchitlán”, distrito de Zaragoza, municipio colindante con el estado de Oaxaca y Puebla. Página 172.
La fecha en que fue expulsado Carmelo Cortés de la universidad y otros estudiantes y trabajadores, según consta en el acta de Consejo Universitario es el 14 de marzo de 1967 y no 27 de marzo y menos de 1966 como aparece en las páginas 19 y 127.

Otro dato que debe corregirse es la fecha de nacimiento del primogénito del camarada Carmelo, no fue en febrero, Cato nació el 5 de abril de 1974. Página 156.

Hay que aclarar que el compañero Carmelo Cortés no estuvo en la Patricio Lumumba sino en la Escuela de Cuadros de El Pecus, muy cerca de ese lugar, porque el compañero no iba por un certificado o título universitario como profesionista, él iba para capacitarse en el terreno político ideológico. Este dato lo puede corroborar con el compañero Pedro Martínez Gómez, alias “Manuel”, ya que él estuvo con Carmelo en esta escuela en 1969. Página 251.

Otro dato que debe corregirse está en la página 249, quiero imaginar que fue un error de dedo, porque la Escuela Norma Rural Raúl Isidro Burgos se localiza a escasos 3 kilómetros de la ciudad de Tixtla, Guerrero y no es Tuxtla.

En la página 253 dice que Carmelo estando como comando de contención en el asalto al Banco Nacional de México, sucursal Casino de la Selva en la ciudad de Cuernavaca, ajustició al policía auxiliar quien se acercaba al banco cuando escuchó algunas detonaciones y que fueron perseguidos por la policía hasta afuera de la ciudad. No es cierto, hay un error, quien eliminó a ese elemento fue el camarada Tito y no fueron perseguidos por ninguna fuerza de seguridad. La persecución contra Carmelo fue el 6 de agosto, después de que cayeron los primeros compañeros que participaron en el asalto del día 25 de julio de 1975.

Muchas gracias, compañeros.
EL C. MODERADOR.- Le preguntaríamos al autor si quiere comentar algo.

EL C. ARTURO GALLEGOS.- Primeramente quiero agradecer su presencia. Creo que de algún modo si no les gusta el libro por lo menos ya se rieron.

Yo considero que lo más importante de este trabajo no es quién lo escribió o si tiene errores de dedo o si hubo alguna mala intención. Yo creo, y se los debo confesar, que como autodidacta y como humano sobre todo soy susceptible de algunos errores, sin embargo quisiera corregir aquí a mi amigo Evangelista, que los datos que tengo son dados por gente sobreviviente, o sea el hecho de que yo digo por ejemplo en la última parte que fue Carmelo Cortés el que eliminó al policía es porque efectivamente el fue comandante de contención y están ahí los testimonios de los compañeros Vladimir y su hermano que participaron en el asalto, entonces a lo mejor sí es un error pero no es adjudicable a mi persona.

En otros de los casos, a lo mejor fue error de dedo lo de “Tuxtla” y no “Tixtla”, a lo mejor yo no alcancé a escribir correctamente lo de “Huamuchitlán”, no sé, sinceramente todavía no sé cómo se escribe, yo lo escribo como lo recuerdo porque fue una zona que visitamos con el compañero Carmelo, la compañera y el camarada Pedro Elguera, allá por abril de 1974.

Sobre el nacimiento del primogénito de Carmelo o la pareja, efectivamente sí hay un error, es un error que cometí involuntariamente, él nació en abril y yo lo pongo por ahí de marzo. Esto se puede constatar con él porque afortunadamente por ahí lo contactamos, ya está con nosotros, después de haber estado perdido algún tiempo y fueron dos hijos los que dejó la pareja, los cuales por ahí medio viven.

Ya entrando al tema del libro, yo les quiero decir que el libro fue productos de mis ratos de ocio, ya ven que en la cárcel como que le da a uno por pensar, ya que no tiene uno nada qué hacer y menor cuando están en un apando, te da por rehacer el mundo o rehacer tu vida, ahí sueñas bonito, ahí sueñas lo que tú quieres ser, lo más maravilloso del apando, que tú haces la vida a tu manera.

Una de las cosas que me vino a mente en aquellos tiempos era recorrer esos dos metros y medio que teníamos de espacio en un pasillo, era la de rescatar esta memoria histórica pero francamente yo no tenía ni idea de cómo, yo quería hacerlo, sin embargo no sabía cómo.

En ocho años que estuvimos en la cárcel quiero decirle que el quehacer político de los que caímos por nuestra lucha armada fue diverso, o sea no todo fue intelectualidad, seguramente algunos hasta nos desviamos. Yo quiero adelantar que estoy escribiendo la siguiente parte, en la que yo me comprometo en este libro y justamente son ocho años de cárcel.

Ahí nosotros quiero resaltar lo siguiente, en Acapulco formamos una pequeña comisión editorial ahí que tuvo la idea de sacar una revista para los presos políticos, que fuera la expresión de los presos políticos de México, sin embargo por razones de distancia, de dinero, pero sobre todo de encierro algunos compañeros no pudieron ser contactados, es más se redujo a un número que salió porque, lo puedo decir ahora, nos lo financió la Universidad Autónoma de Guerrero, como presos políticos sacamos un número nada más y la revista se llamó “Revolución”. Esto va a aparecer en el próximo trabajo por supuesto, trasladados el 1° de mayo de 1979 a Santa Martha Acatitla dos de esos de la parte de redactores, fuimos apandados un año y dos meses en lo que se conoce como La Treceava, y ahí es donde me convencí de la necesidad de rescatar esta memoria porque para mi gusto el ser humano tiene que dejar huella en esta vida.

Creo que hoy más que nunca estoy convencido que no somos nada, en cualquier rato desaparecemos y no tiene caso que nos llevemos esa riqueza que tenemos, entonces yo invito a mis compañeros que escriban.

Aquí en Santa Martha nos juntamos con esos dos presos políticos que vinieron de traslado de Guerrero, por azares del destino nos juntamos con otros dos compañeros que venían de la Liga Comunista 23 de Septiembre, tenemos aquí un compañero presente, Jaime Laguna Berver, que no me va a dejar mentir, ahí junto con Heladio Torres, Juan Martínez y su servidor tratamos de sacar un periodiquito igual con la idea de que se expresara nuestro punto de vista en algún medio; ahí salió un periodiquito del cual solamente hubo tres números, éste por lo menos alcanzó tres, y que lo hicieron de manera solidaria el Partido Revolucionario de los Trabajadores.

Ahí en el segundo número su servidor empezó a escribir sus primeros renglones, yo francamente nunca había escrito nada, ni siquiera una carta de amor a mi novia, ahí escribí un resumen de lo que era Lucio Cabañas, salieron dos de tres partes que iban a salir, porque por suerte, por desgracia, depende de cómo lo vean, salimos en libertad dos, solamente se quedaron los compañeros Heladio Torres Flores y el compañero Jaime Laguna, que por cierto en ese momento estaba de traslado ya al Reclusorio Sur.

Con esta idea salimos y entre buscar el pipirín y atender los viejos rezagos económicos de la familia se nos fue el tiempo y fue hasta el año 2000 cuando tuvimos la oportunidad de platicar dos compañeros, uno que viene del Partido de los Pobres y un servidor que venía de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, aquí en Chapultepec, teníamos veintitantos años que no nos veíamos, ya no nos conocíamos, estábamos viejitos, en aquél tiempo éramos dos jóvenes inquietos, bueno, él no tanto, él ya tenía como 30 años en aquél tiempo, yo tenía 22, quedamos en que nos reuniéramos con algunos compañeros para poder buscar la manera de rescatar esta historia.

Lo hicimos, la primera reunión fue citada en Acapulco, Guerrero el día 16 de septiembre del año 2000, ahí estuvieron 13 compañeros, entre otros el compañero “Chelis” que aquí está presente y su servidor, fuimos 13, de los 13 el único que ya tenía algún trabajito avanzado era el “Chelis”, nosotros no teníamos nada, es más confieso yo no tenía ni idea de cómo comenzar, sin embargo creo yo que una de mis virtudes es la de tratar de ser responsable en lo que yo me comprometo y fue así como empecé a trabajar esto que ustedes tienen a la vista, que no es un libro literario, no, nunca pretendí hacerlo porque no tengo la capacidad para hacerlo, sin embargo es un testimonio fiel, a pesar de los errores que por ahí se señalan, de lo que yo viví, de lo que yo recuerdo, seguramente algunas cosas se me pasan, pero lo más importante es que este libro trata de ser crítico, pero también autocrítico, o sea no se vale solamente criticar a mis compañeros de sus errores y evitar los míos.
Seguramente en la primera edición quienes leyeron este libro van a encontrar a un personaje que se pierde en varios, es decir su servidor en su peregrinar por la clandestinidad tuvo cambios de nombre necesarios; si alguno de ustedes vivió esta etapa sabe la necesidad que implica el cambio de nombre cuando después de una acción hay caídos, entonces sucedió conmigo. El primer libro lo dejo así como medio ensarapado, no digo quién es fulano, pero finalmente en éste ya quitamos el telón y resulta que ahí el autor resulta que primero es Edil, ahí lo reconocen en su primera edición, pero en la segunda parte que está bastante complicada, donde vienen las cuestiones militares, en donde ya hay enfrentamientos, en donde ya hay caídos, entonces pues no quiere dar su nombre este tipo porque pues es un medroso, a lo mejor no llega a un buen luchador porque tiene miedo de decir que él participó.

No, no era miedo, simplemente eran las precauciones que implicaban la incertidumbre de no saber cómo va a reaccionar el Estado ante esto, porque efectivamente hay cosas que ni la misma policía sabía, sinceramente, lo digo aquí.

Ahí el personaje resulta que tiene los nombres de Juan Manuel, de Saúl y de Jorge Gómez Salas. Entonces aquí se despeja la incógnita.

Agrego algunas cosas que no tenía la primera edición, agrego algunas biografías, agrego algunos textos. Es decir, este libro está corregido y aumentado, bueno, aparentemente corregido y aumentado porque ya mi amigo me descalzonó.

Entonces, compañeros, yo quisiera decirles que si ustedes tienen la intención de comprarlo, pues no esperen grandes cosas, lo que sí les puedo asegurar es que no se van a aburrir porque es una cronología de hechos.
Para que el autor se vaya metiendo, o sea, fue una idea loca que se me ocurrió de que para que el autor tenga un punto de referencia y haya una secuencia entre un acontecimiento y otro. Hay algunas cosas chuscas, hay otras bastante dramáticas.

En fin, que lo que les voy a decir, y no es porque lo compren, pero se van a divertir.
Muchas gracias.

EL C. MODERADOR.- Damos las gracias a José Arturo Gallegos Nájera por ese libro y ojalá todos lo podamos adquirir y leer, y si sale la otra edición más corregida y aumentada pues también lo volvemos a comprar y lo volvemos a leer.

Gracias a la licenciada Eneida Martínez y al profesor Agustín Evangelista quien envió su texto leído por el compañero Alberto López Limón.

Estaba por pedirle a Angel Ibarra que subiera al presidium, él no está aquí en el Auditorio, está de viaje, pero le pedimos a los compañeros profesores José Luis Alonso y licenciado José Luis Esparza Flores que puedan subir al presidium para comentar el libro “Pensar la Guerrilla en México”, la última edición del compañero Héctor Angel Ibarra Chávez, quien por cierto estuvo hace uno o dos años también como organizador de un evento similar en este mismo auditorio. Le mandamos un saludo donde quiera que ande viajando.
Le vamos a pedir al compañero José Luis Alonso si gusta, en virtud de que el autor de “Pensar la Guerrilla en México” está de viaje, hacer la semblanza para que tengamos una idea inicial general y luego estarían los dos comentarios.
Sí, compañero José Luis.

EL C. JOSÉ LUIS ALONSO.- Se me hace indispensable y necesario que corrijamos las cosas que se han dado aquí, porque el día de ayer faltaron las semblanzas de los personajes y hoy pues deberíamos de empezar por eso.

Héctor Angel Ibarra Chávez dice aquí en una nota de su propio libro, además de ser un estudioso de los procesos revolucionarios en México y en Latinoamérica, como consta en este trabajo que usted está a punto de leer, dice aquí, combatió durante varios años en las filas de la insurgencia en El Salvador y por sus méritos ganó diversos reconocimientos y el grado de Mayor de la Tercera Región Militar del Ejército Nacional para la Democracia del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN).

Entonces a mí se me hacía indispensable empezar por ahí porque si no, hablamos del autor pero no sabemos su currículum mínimo.
Aquí mi compañero, mi tocayo Esparza, va a iniciar con esta presentación.

EL C. LIC. JOSÉ LUIS ESPARZA FLORES.- Buenas tardes noches a todos.
Primeramente pues un reconocimiento a Héctor Ibarra, compañero valioso en la lucha de los pueblos por su liberación y desgraciadamente pues no podemos contar con su presencia y qué bueno que también nos estuviera acompañando, más por las críticas que le vamos a hacer, no, no es cierto, no vamos a ser alevosos, pero sí señalar lo que haya que señalar y finalmente también reconocer sus méritos que son bastantes; y son bastantes porque ya lo mencionó la compañera, desgraciadamente escribimos los que tuvimos alguna participación muy poco, o sea, escribimos muy poco, desgraciadamente no todos tenemos la vena literaria o somos escritores natos.

Pero quiero comenzar la presentación del libro de Héctor Ibarra “Pensar la Guerrilla en México”, haciendo primeramente un gran reconocimiento al compañero, porque es un gran esfuerzo.

Yo voy a tratar de explicar la participación de mi tocayo y la mía, porque parece que fuimos más rápido que el correo electrónico porque nos telepateamos más o menos la división del trabajo, o sea, él finalmente se fue a lo que le llamó más la atención y me dijo “no, pues yo presento si quieres la guerrilla aquí y todo este rollo de México”, y a mí me atrajo más la primera parte, el marco teórico, etcétera, entonces finalmente sin querer estuvimos ya dividiendo el trabajo.

Entonces pues qué bueno que nos pusimos de acuerdo de esa manera y vamos a comenzar la exposición. Yo voy a tomar lo que es el marco teórico, la estructura del libro, porque esta estructura tiene algo muy interesante, porque prácticamente trata de dar una visión desde donde se está juzgando la historia.

En aquellos tiempos de la guerrilla uno de los problemas principales justamente, la gente del MAR, de todos los grupos, la gente, sin discriminar a nadie, todos justamente abordamos este problema que es un problema muy importante, o sea, la visión desde dónde estamos viendo la realidad, cómo la estamos viendo y cómo la queremos transformar. Fue uno de los puntos nodales de todos los grupos guerrilleros.

Como decía también la compañera, un hecho, puede haber muchas visiones sobre un mismo hecho.

Entonces obviamente que dentro de las discusiones de la guerrilla hubo muchas diferencias, precisamente por ver la realidad, cómo se ve la realidad y finalmente cómo se quiere transformar la realidad.

Ahora, cuando se hace historia, y este es el gran mérito de Héctor Ibarra, él primero trata de dar un marco teórico, trata de dar un marco teórico desde dónde está viendo él la reconstrucción o el estudio de la historia reciente de México.

Una de las cosas que nos llama la atención es que es un marco amplio, no solamente abarca la cuestión internacional, sino que teóricamente nos está dando determinados elementos para decir “bueno, pues yo veo esta cuestión así”, y aparte de esto también se mete más o menos para darnos un panorama general de lo que es los movimientos a nivel internacional del siglo XX y parte del siglo XXI, y finalmente aterriza pues en lo que es el movimiento en México, el movimiento de la guerrilla en México.

Entonces este es su libro, tiene una estructura sólida, o sea en la forma, en los contenidos también, aunque aquí en los contenidos sí yo haría dos señalamientos importantes que a mí me parece que por ahí pues no están tan sólidos, pero ojalá y alguna vez tengamos oportunidad de poder debatir abierta o de otra manera pues estos puntos de vista. No se trata de ser alevoso.

Su libro comienza con el marco teórico del tema de la violencia, obviamente mucha gente sabemos de todo este periodo y la diferencia entre dos tipos de violencia, o sea, la dialéctica de la violencia de la que habla Engels; sabemos de la violencia institucional que venía de mucho tiempo atrás.

Marx por ejemplo habla de, voy a abordar primeramente y someramente voy a tratar de ser sintético, cuando la Revolución Francesa Marx dice cuando él estudia la historia de la Revolución Francesa dice que la burguesía, o sea, jala las mismas clases y se convierte en su representante en un periodo revolucionario, pero la burguesía a la vez como tiene un aliado que es el proletariado, me estoy refiriendo a las revoluciones burguesas, llega un momento en que ese impulso revolucionario se termina y finalmente surge el otro contendiente, el proletariado, pero ahora el proletariado contra la burguesía o los explotados en general contra una clase que detenta el poder y justamente aquí es donde está el punto clave de todo el problema.

A mi punto de vista, Héctor Ibarra se pierde un poco y no hay una definición clara, o sea, tal parece o a mí me parece esto en su texto en su primer punto, en el punto teórico de la violencia, que él como que tiene miedo así a una reserva de no aparecer como violento o justificar la violencia, o sea, como moralista pues, como diciendo “no, es que toda violencia es mala o qué despiadados los guerrilleros que mataban policías o asaltaban Bancos y mataban a gentes”.

Entonces desde mi punto de vista esto sucede porque no hay una definición clara, bueno, yo parto de los clásicos, a lo mejor yo todavía sigo sin cambiar de moda, sigo a la antigüita, creyendo en los teóricos clásicos del marxismo, pero releyendo el (inaudible), ahí vemos claramente la dialéctica de la violencia.

Incluso Engels aparece así como un tal Hegel, porque dice por ahí Hegel “Todo lo real es racional y todo lo racional es real”; y aquí lo que dice Engels es que aparentemente justifica la esclavitud, dice “bueno, pues es que en un momento determinado la esclavitud también fue un progreso, fue un progreso en relación con las comunidades primitivas”.

Pero bueno, ya para no echarles tanto rollo, a lo que quiero llegar en conclusión es que el tema de la violencia es fundamental porque prácticamente a lo mejor se convierte como en un hilo conductor de la reconstrucción de la historia de México, de la historia reciente de México y en particular de los movimientos armados, porque justamente ha estado presente y obviamente desde la historia de la humanidad.

Justamente la violencia tiene mucho qué ver con la visión de lo que es la legalidad, la ilegalidad; y tiene mucho qué ver con el progreso de un país o de una sociedad.

Entonces después una vez definido el problema de la violencia, citando a muchos autores modernos, que es otro de los méritos de Ibarra, o sea, su interés por tratar de investigar y actualizar el tema de la violencia.

El otro problema es cuando él trata de dar una visión justamente de lo que es el marxismo. Ese es el otro señalamiento que yo le haría a Héctor Ibarra, con todo respeto a su punto de vista, pero se queda corto, porque finalmente desde que participamos desde los tiempos de la participación estudiantil, en mi caso, siempre me llamó demasiado la atención de lo que era el marxismo y el estudio del marxismo, desgraciadamente no siempre se pudo estudiar a fondo el marxismo y todavía aún así yo presento muchos rezagos y trato de dar una visión cercana a lo que son los clásicos del marxismo.

Entonces en ese sentido yo difiero de Héctor Ibarra en el sentido de que el marxismo no es solamente un positivismo o es como lo expone aquí en el libro, una cuestión que se enfoca exclusivamente al trabajo, sino que también el marxismo fundamentalmente es una visión que se enfoca hacia la historia, o sea, es una visión filosófica que se enfoca hacia la historia, y justamente ayer lo comentábamos precisamente, todos los historiadores tenemos que tener y partimos siempre de una visión, y ahora que está con tanta importancia el tema de la reconstrucción y el estudio de la historia reciente, justamente tenemos que enfrentarnos nuevamente a este problema desde cualquier punto que tengamos, desde cualquier punto de vista que tengamos.

Entonces en concreto la crítica o el señalamiento hacia Héctor Ibarra es que el marxismo no es solamente el enfoque económico o solamente en la cuestión del trabajo la producción en cuanto al materialismo histórico y en cuanto a que se confunda la visión de Hegel, que es idealista, con la visión de Marx.

Si ustedes lo revisan por ahí, hay una parte donde dice que Marx tiene una o parte de la visión dialéctica de Hegel, que no es del todo exacto eso o no es exacto, mejor dicho.

Pero bueno, ya para pasar a otro punto, yo lo digo porque finalmente, y esto tiene que ver con las conclusiones al final, y esto tiene que ver justamente con el siguiente punto que él aborda. El dice “bueno, es que la violencia”, él más que todo lo enfoca por el lado de la guerra fría, y por eso justamente como que deja de lado el otro tipo de violencia que hay, que es la violencia revolucionaria y que es legítima y que es obviamente ilegal, pero que finalmente contribuye de una u otra manera a cambiar la situación en una sociedad dada.

El siguiente punto que aborda Héctor Ibarra es el referente a las experiencias revolucionarias a nivel internacional. Aquí también se denota un esfuerzo grande, porque cuando está uno estudiando la historia le faltan a uno herramientas y le faltan a uno elementos teóricos y le falta a uno todo, parece uno un principiante siempre, aunque uno se meta miles de horas a leer cosas finalmente el conocimiento siempre falta y finalmente este es el otro mérito de Ibarra, que rasca mucho en varios autores, no tiene una visión unilateral de la historia o la reconstrucción de la historia a nivel internacional, o sea, él cita a varios autores de diferentes campos, a los chinos, a los de la Unión Soviética, aborda el problema de la Unión Soviética también, y finalmente todo este marco viene a aterrizar justamente en la visión de la historia de México aquí en México.

En este punto importante esto lo va a particularizar más José Luis Alonso, el profesor, yo nada más lo voy a señalar, hay una cosa que sí también es una crítica a Héctor Ibarra, porque hay una cosa en que yo disiento totalmente de él. El afirma en el apartado 5.7 que la guerrilla, y en particular la Liga, sufre una derrota político militar, aquí las palabras son importantes porque el decir “una derrota política” implica todo.

Si Héctor Ibarra dice que el programa de la Liga o lo que fue el programa o lo que trató de ser el programa, porque finalmente la Liga no hizo expresamente un programa, si él quiere decir que el proyecto de la Liga no tuvo éxito, bueno, entonces la pregunta es ¿qué es un programa entonces?

El programa es una visión de la realidad y se trata de transformarla, pero partamos de que la realidad es cambiante y enfoca nada más determinados momentos de la realidad un programa.

Entonces aquí ya hay un cuestionamiento a lo que él dice que es una derrota política. Para mí una derrota política de la guerrilla y en particular de la Liga, hubiera sido aceptar que todo este estatus quo está bien y no hacer nada.

Muchos de los compañeros fueron desaparecidos y murieron dignamente, estoy seguro que dignamente porque en cualquier lugar que hayan estado pues lo hicieron así; y finalmente los que sobrevivimos a toda esta represión, finalmente pues también sabemos que la única derrota sería el que uno interiormente se dijera “no, pues es que no hay nada qué hacer, estamos derrotados, ya mejor vámonos a nuestra casa y vamos a vivir la derrota o la amargura” y estar rumiando nuestras miserias.

Yo creo que no es así, porque toda la camada de guerrilleros, ex guerrilleros, hemos incursionado en la sociedad, hemos vuelto justamente a nuestro origen, nunca nos separamos de él, socialmente de una u otra manera en algunas u otras actividades estamos demostrando que la causa de los compañeros no fue en balde y además que estamos siendo dignos cuando desde el primer momento estamos planteándonos hacer algo y seguir haciendo algo, no al nivel de una guerrilla, pero sí seguir haciendo algo en la cuestión cultural o en la cuestión política. Muchos compañeros están en la Cámara de Senadores o en la Cámara de Diputados, que pertenecieron a la guerrilla, y así muchos ejemplos hay.

Ahora, para cerrar, nada más unas palabras respecto a lo que yo considero lo que es una derrota o no una derrota política.

Yo tuve la experiencia de realizar la acción del intento de secuestro de Margarita López Portillo, junto con Chano, con David Jiménez Sarmiento, esto fue un parteaguas y fue un algo que nos marcó, estoy hablando de agosto del 76; y lo digo por lo mismo que estoy hablando de lo que dice Héctor Ibarra de la derrota, porque justamente cuando regresamos a las casas de seguridad, cuando poco a poco se fue conociendo la muerte de Chano, entró o nos entró un sentimiento de derrota, en toda guerra hay momentos así, justamente, en toda guerra, pero también hay otros momentos, y esos momentos empiezan cuando nos empezamos a demostrar que son muy dolorosas las caídas pero cuando se tiene el ánimo de seguir luchando no hay poder que pueda detener a un hombre o a un militante de una organización cuando se quieren hacer las cosas; y así poco a poco, sin Chano, y con nuestro costal de amargura y derrota encima, volvimos a rehacer otra ofensiva contra el Gobierno, contra el Estado burgués.

Entonces decir que la Liga fue derrotada, eso implica algo así como “fueron solamente unos bandoleros”. A lo mejor es importante aclararlo porque se puede confundir justamente con la línea de la burguesía, que dice que fuimos unos bandoleros, secuestradores, no nos bajaban de narcotraficantes y no sé qué tantas cosas.
Entonces es importante aclarar esto porque la derrota política justamente hubiera sido esa, que nos hubiéramos convertido en lacras y estuviéramos haciendo cosas para un provecho personal; y esa sí hubiera sido una derrota.

Pero finalmente estamos demostrando que sí, sí nos pusieron en la madre militarmente, pero yo creo que el espíritu de lucha y el espíritu de superación y el representar dignamente a los compañeros que no están ahora con nosotros, es también una manera de victoria, porque no nos han derrotado y seguimos vivos aquí dignamente, así como los compañeros también murieron dignamente.

EL C. MODERADOR.- Compañeras y compañeros, saludamos la presencia del compañero Fabricio Gómez Souza, fundador del Movimiento de Acción Revolucionaria, el MAR.

Damos la palabra a nuestro compañero comentarista José Luis Alonso, para seguir el comentario del libro de Héctor Angel Ibarra “Pensar la Guerrilla en México”. Compañero José Luis.

EL C. JOSÉ LUIS ALONSO.- Sí, gracias.
Buenas noches.

Primero pues un agradecimiento a los organizadores, a los compañeros diputados, a los compañeros del Centro de Investigaciones Históricas de Movimientos Sociales Rubén Jaramillo Menes, por esta invitación que me hicieron allá por la altura de Sonora, creo, andábamos en la gira por los caminos de la historia y sin dudarlo un segundo le dije que sí, que aquí estaría.

En segundo lugar, pues un saludo a los compañeros veteranos que nos acompañan de la guerrilla de los 60, Fabricio Gómez Souza y Salvador Gaytán Aguirre; y a todos los demás compañeros, colegas, camaradas del Movimiento Armado Socialista que aquí están y el auditorio que nos está valorando.

Lo mío se llama: notas para la presentación del libro “'Pensar la Guerrilla en México” de Héctor Ibarra. Desgraciadamente no está aquí en oferta este día, no sé si esté agotada la edición, pero valdría la pena decirle a Héctor que haga una nueva edición.

Estas notas las mandé por el correo electrónico, muchos de los compañeros guerrilleros que están aquí las tienen en su correo, y si no me dan su correo y se las envío, así como a cualquiera de ustedes que les interese me dan su correo y esta noche se las envío.

Dice así: “Nota para la presentación del libro Pensar la Guerrilla en México:

1.- Los esfuerzos editoriales de Héctor Ibarra son dignos de un sincero reconocimiento.
Tengo en mis manos “Historias de Barro” en sus dos ediciones, así como “La Guerrilla de los 70” y el libro que hoy nos ocupa en sus dos presentaciones, la artesanal y la acabada. Esto nos lleva a recordar y reconocer que somos más de cien los ex militantes del Movimiento Armado Socialista Mexicano que en diversos eventos y momentos nos hemos encontrado en los últimos años y que paradójicamente sigue siendo muy escasa nuestra producción literaria y nuestro rescate de la memoria histórica.

Héctor combatió 10 años en El Salvador, pero como mexicano está cumpliendo con una responsabilidad que a todos nos corresponde. Ojalá y su ejemplo sea retomado por todos los que combatimos en la década del 60 y posteriores, pues ese vacío no lo van a llenar los novelistas ni los estudiantes de historia, ni los cineastas e investigadores por más brillantes y dedicados que sean.

Los participantes directos en la lucha armada socialista del siglo XX somos los que debemos tomar la pluma y rescatar para las nuevas generaciones y para el pueblo de México esas brillantes y heroicas páginas escritas con la sangre de miles de combatientes por la justicia, la libertad y el socialismo.

2.- Pensar la guerrilla en México es una tesis que aborda seis grandes temas en igual cantidad de capítulos, es la tesis de un militante del Movimiento Armado Socialista que le tocó combatir en otras latitudes, pero que no perdió el contacto con sus orígenes y que hoy regresa a investigar, a analizar, reflexionar y escribir abundantemente sobre la historia contemporánea de México y Latinoamérica.

Sin embargo estas historias, la de México y Latinoamérica, cuando menos en lo que respecta a sus movimientos armados socialistas, están en pañales, desgraciadamente no serán totalmente rescatadas ni agotadas por historiadores e investigadores en lo individual, se necesita de un esfuerzo colectivo, consciente y exhaustivo para desentrañar la madeja de acciones, sujetos y organizaciones que se sucedieron en Latinoamérica y México en las décadas pasadas.

Hace un año estuvimos en Bolivia, Argentina y Uruguay y nos dimos cuenta de que cuando menos en Argentina han avanzado mucho en las investigaciones de sus movimientos armados socialistas, pero también constatamos que son personas en lo individual los que realizan las investigaciones que hasta hoy se han publicado, y no están mal, pero hacen falta muchísimas más investigaciones para reconstruir y rescatar los hechos de decenas de miles de participantes en esa historia.

En México igual, sobre todo en la década de los 70 fueron cientos los actores directos y miles los indirectos que vivieron los hechos históricos que nos ocupan.

Según las más elementales investigaciones, a partir de la década del 60 más de 3 mil militantes armados se manifestaron desde diferentes organizaciones y zonas urbanas, suburbanas y rurales del país, así que no es fácil agotar esa historia en un libro ni en diez ni en veinte, que son los que tal vez ya se hayan producido seriamente en México.

3.- Por ser una tesis individual y sin quitarle sus méritos debemos decir que pensar la guerrilla en México nos deja muchas imprecisiones, la principal es la que tiene que ver con el concepto de Movimiento Armado Socialista (MAS).

En su tesis Héctor Ibarra parece reducir tanto al MAS que la historia de la Liga Comunista 23 de Septiembre se convierte en su sinónimo, pero igualmente le da un origen y un final que nos deja sorprendidos.

El MAS ha dejado de existir en este libro y nosotros, parodiando a Galileo, afirmamos que sin embargo se mueve: están el EPR, el ERPI y sus escisiones posteriores, dice la PGR y el CISEN que hay más de 20 organizaciones guerrilleras actuantes en el país, levantando las mismas banderas, los mismos programas y estrategias que hace 30 años.

Si hablamos de sus orígenes parece que tenemos que ir más atrás para encontrarlos, pues si le damos una somera lectura al Plan de Agua Prieta, suscrito por Rubén Jaramillo Menes el 28 de noviembre de 1957, tendremos que advertir que ahí se hablaba del régimen burgués y capitalista que debe desaparecer; se hablaba de la explotación del hombre por el hombre y se afirmaba que debe encauzarse esta nueva lucha por conquistar el poder público y establecer un gobierno de genuinos trabajadores del campo y del taller; se retomaba la figura de los Soviet, de la Revolución Bolchevique al considerar que debía existir un consejo nacional de trabajadores que nazca de abajo para arriba que sea el administrador de los bienes del pueblo.

En cuanto a la organización armada y de vanguardia ésta se manifestaba así: La Junta Nacional Revolucionaria que suscribe declara ante la nación y el mundo entero que hace suyo el Plan de Ayala con las adiciones que se mencionan en los puntos resolutivos siguientes por no haber sido cumplidos en su totalidad y teniendo en consideración que al pueblo sólo se le hace caso cuando tiene las armas en la mano, luchará con ellas hasta obtener el triunfo del presente plan.

Hay incluso camaradas que se atreven a insinuar que los orígenes del Movimiento Armado Socialista deben de rastrearse desde los años 20 en la Península de Yucatán.

4.- Por lo tanto, hay mucho camino por recorrer en esta tarea de rescatar la memoria histórica y particularmente la historia del MAS.

En los años 90 tuvimos el CIMA, haciendo acopio de documentos y editando la revista “Para Romper el Silencio”, aquí están algunos compañeros de aquel proyectos, Salvador Castañeda y no sé quién más; después nacieron algunos colectivos asumiendo compromisos semejantes.

A partir del año 2000 se produjeron hasta cuatro encuentros nacionales de ex militantes del MAS y muchos foros, seminarios, homenajes y reuniones en diversas partes del país, lo cual ha producido decenas de semblanzas biográficas, testimonios, tesis, ensayos, libros, películas que van enriqueciendo ese acervo y conformando esos colectivos que se requieren para avanzar sólidamente en la elaboración de la historia, que ni los gobiernos neoliberales ni sus instituciones están dispuestos a promover y mucho menos a reconocer.

5.- Hoy es necesario establecer que el Centro de Investigaciones Históricas de los Movimientos Sociales “Rubén Jaramillo Menes”, sus eventos y su página web son indispensables para el cumplimiento de la magna tarea que apenas empieza, otros colectivos están aportando directa o indirectamente sus frutos y nuevas betas se abren a la investigaciones. Ningún esfuerzo debe desaprovecharse.

El 18 y 19 de mayo estamos invitados a participar en Acapulco en un evento de rescate de la memoria de todo lo sucedido hace 40 años. Para nosotros es importante esta fecha porque es precisamente el 18 de mayo de 1967 cuando el camarada Lucio Cabañas se vio obligado a pasar a la clandestinidad e iniciar el camino de la lucha armada contra el sistema explotador y represor que pretendía asesinarlo.

Después, el 23 de septiembre un colectivo de camaradas organizará la Quinta Reunión Nacional de Ex Militantes del MAS en Culiacán, Sinaloa. Ahí están como anfitriones muchos de los que conocimos como enfermos y otros que no lo fueron, pero que hoy están igualmente interesados en aclarar el papel jugado por la Liga Comunista 23 de Septiembre en aquellos procesos históricos. En fin, sigamos adelante.

EL C. MODERADOR.- Compañeros, han transcurrido los comentarios de los tres libros, el de David Jiménez Sarmiento, “La Guerrilla en Guerrero y Pensar la Guerrilla”.
Tenemos anunciado en el programa una ronda de preguntas y una ronda de respuestas. Si alguien desea hacer alguna pregunta, sírvanse acercarse por acá.
Compañero Salvador.

EL C. SALVADOR GAYTÁN AGUIRRE.- Compañeros y compañeras, creo que es un orgullo para mí que he vivido un mundo tan precioso con relación a muchos compañeros revolucionarios desde 1960 hasta hoy.

Pero es muy importante para mí no tocar los mismos temas que tocaron ahorita sobre las relaciones de esa gran lucha y de esa entrega del compañero Lucio Cabañas y del compañero Genaro Vásquez, fuimos compañeros de lucha juntos en las luchas políticas. Yo fui miembro como lo fueron nuestros compañeros que cayeron en esa toma, compañeros que se destacaron primero en la lucha política durante 15 años cuando jamás fueron escuchados, pero la gran casualidad de que en medio de esa lucha política buscando que el gobierno escuchara sus demandas no se encontró otro camino más que el demostrarle que el pueblo organizado era capaz de derrotarlo políticamente.

Efectivamente yo fue elegido por esa lucha campesina de la Unión General de Obreros y Campesinos que representaba aquel largo camino de las demandas de los pueblos del Norte con una identificación con esas luchas agrarias de los pueblos.

Me siendo orgulloso porque llegué a la presidencia de ese pueblo del Mineral de Dolores a atender, a escuchar las demandas de los compañeros campesinos. Efectivamente el Movimiento Revolucionario 23 de Septiembre no nos enorgulleció después a lo largo de su camino con el hecho de tomar las armas, no, compañeros, ahí se logró derrocar el enemigo cuando tuvo en el poder la burguesía un Presidente 19 años, para qué, para que por el cargo que tenía pudiera justificar todos sus atropellos a la clase trabajadora, las violaciones a nuestras familias, etcétera.

Creo que es para mí lo más orgulloso del país derrocar a un Presidente aquí porfirista de nuevo en este país y que llegó y que logró llegar no solamente Salvador Gaytán Aguirre ahí como compañero a la Presidencia, que estuvo junto conmigo el compañero Arturo Gámiz como secretario, donde se desarrollaron talleres de educación parra luchar por estos pueblos trabajadores del país, no por nuestros pueblos del Norte.

El compañero Arturo Gámiz y el compañero Salvador Gaytán fueron los promotores para qué, para desarrollar los proyectos revolucionarios, porque se llegó el momento que jamás escucharon al compañero Salvador Gaytán aquel gobierno de Chihuahua, que es cierto que tenía que haber estado incluidas esas actitudes con el Gobierno Federal de México, pero aquí estamos compañeros, para qué tocar esa lucha agraria de tantos caminos, y que se ha dicho aquí, porque todos los revolucionarios anduvimos primero ese camino años y años pidiendo justicia y nunca se dio, compañeros.

Entonces, para mí el Movimiento Revolucionario jamás se perdido, aquí estamos presentes. Yo tengo 40 años, compañeros, después de este largo camino entre la lucha armada y entre la lucha política, donde tengo muchas amistades en el país y aquí siempre estaré con ustedes. Siempre lucharé para que nos convenzamos que el movimiento revolucionario en México, esas luchas guerrilleras, esas luchas obreras de las ciudades jamás han perdido su camino.
Muchas gracias, compañeros.

EL C. MODERADOR.- Saludamos las palabras de nuestro compañero Salvador Gaytán Aguirre, como él mismo lo dijo, desde el 23 de septiembre del 65 hasta el 2007 son más de 40 años. Creo que un aplauso al compañero Salvador Gaytán Aguirre, por lo menos es lo que tenemos que hacer en este momento.
Compañero.

PREGUNTA.- Muchas gracias.
Yo tengo dos preguntas. Una es: ¿Hoy cuál es su valoración de los compañeros que estuvieron en los movimientos armados hace muchos años, hace 30 años, cuál es su valoración de la cancelación de la Fiscalía Especial para Movimientos Políticos del Pasado, se acaba de aniquilar, cuál es su valoración? Yo creo que tiene un papel histórico, yo he oído varias posiciones a favor y en contra, incluso de los propios luchadores sociales, incluso del propio Fiscal Especial. ¿Cuál es su postura en ese sentido?

¿Cuál también es su postura con respecto a los movimientos, que sé que vienen de aquellos antecedentes históricos, de los movimientos hoy armados, sobre todo en Guerrero, que efectivamente es público que según Gobernación son como 37, algunos acusa que son desdoblamientos, cuál es su visión, su perspectiva de estos movimientos hoy en día, ustedes les ven perspectiva, les ven vigencia, creen que hay condiciones, el eterno debate en este sentido?

Por último, me da mucho gusto conocer a muchos, a algunos ya los conocía, como el compañero “Chelis”, a otros compañeros en algunos otros momentos, pero yo tengo una duda. Hace muchos años me comentaba mi padre, él es más o menos correligionarios, bueno, en términos de edad él fue estudiante también en el 68, más o menos yo creo que son de la camada y él no sé si participó o no, nunca me lo ha querido decir, pero él dice, y algunas otras gentes que yo conocí, que aquel intento de secuestro de la hermana de “Jolopo”, que más de la mitad de la gente o muchos de los que estuvieron en ese momento participando o que estuvieron en la organización de esta tentativa de secuestro, que había más un infiltrado, que desde adentro fue la misma traición, todo esto, son dichos, no sé si sean ciertos o no, pero uno oye, escucha, le cuentan cosas y al final qué bueno que está aquí uno de los actores para que nos pudiera esclarecer esa parte, que dicen que el fracaso mismo de este proceso, no de este proceso, de esta acción fue de los propios compañeros, que incluso más de uno eran infiltrados o cosas de estas.

Por último, ustedes que estuvieron en eso, yo siempre me he preguntado cuando he leído vastamente algunos libros, incluso hay uno ahí de la Editorial Posada desde hace muchos años, muy sucintos sobre la guerrilla, sobre Lucio Cabañas, pero muy esclarecedor, por qué los movimientos armados sabían cuál era el enemigo, sabían de Nazar Haro, sabían de todos estos procesos y se aniquilaban entre ellos, se peleaban y el enemigo estaba enfrente aniquilando a los compañeros, por qué no lograron, por lo menos en ese momento que yo creo que era tan conflictivo y tan complejo, lograr la unidad. Es algo que yo nunca entendí, se aniquilaban entre ellos y la final después solamente le hicieron, según mi humilde posición, se aniquilaron entre ustedes y después nada más vino el Estado a limpiar lo que quedaba.

Yo sé que muchos compañeros tendrán evidentemente una explicación y es lo que quisiera que me externaran. Yo creo que eso desde mi muy particular punto de vista y humilde además, porque nada qué compararme con ustedes, creo que esa fue parte de verdad del propio proceso, que con todo respeto es mi aportación, lo que yo quiero comentar, lo digo con todo respeto por todos los compañeros, porque sé que son compañeros, como usted lo dijo, compañeros de procesos muy duros, pero por qué no se logró dar el salto, por qué el aniquilamiento entre compañeros y jamás lograr esa unificación o esa unidad para arribar en contra del Estado.

Yo creo que la principal contradicción fue entre los compañeros y después solamente se allanó el camino para que el Estado los terminara de aniquilar. Entonces estas son tres preguntas y un comentario, me gustaría que me lo pudieran esclarecer ahorita que tengo la oportunidad de enfrente a los compañeros actuantes en esos momentos.
Gracias.

EL C. MODERADOR.- Si hubiera más preguntas. Sí insistiríamos en que fueran breves, compañeros, para dar lugar a las respuestas.
Compañero.

PREGUNTA.- Primero quiero felicitarlos a todos ustedes. Quiero decirles que la memoria de los movimientos estudiantiles en Oaxaca ha determinado, la influencia de los movimiento guerrilleros creo que son ya una situación histórica que todos debemos ya tenerla como una cultura definitivamente.
Gracias a ustedes fue la única forma de politización del avance de la izquierda en México. Yo desde este punto de vista les doy una felicitación porque desgraciadamente la maquinaria del neoliberalismo con todo su desprestigio han tratado de ensuciar estos movimientos cuando la verdad han sido los constructores de lo que ahorita estamos los mexicanos más o menos gozando.
Gracias.

EL C. MODERADOR.- Para esta ronda de preguntas daríamos la palabra a los compañeros que se encuentran en el presidium, a los compañeros autores que están en el auditorio, a los compañeros militantes del Movimiento Armado Socialista que quisieran dar respuestas, pediríamos que fueran muy puntuales.
Anunciaríamos lo siguiente: hemos pedido una versión estenográfica y una filmación de estos dos días de presentación de los libros. La idea sería que la versión estenográfica pudiera quedar registrada en un CD, no sabemos cuánto tiempo se llevaría transcribir todo y pasarlo a CD, pero en algún momento, digamos un mes, trataríamos de tener este CD, por lo menos los primeros juegos; sobre la cuestión del video tendríamos que hacer algunas preguntas técnicas para ver si se puede contar con el video de tal manera que los comentarios que aquí escuchamos se puedan tener por escrito en la parte del video o en archivos y en la parte filmada en video.
José Luis.

EL C. JOSÉ LUIS ALONSO.- Como tú dijiste, las preguntas están dirigidas a los ex militantes del Movimiento Armado Socialista que aquí nos encontramos, no nada más los que estamos arriba, sino los que estamos en el auditorio y yo creo que la mitad del auditorio son ex militantes del Movimiento Armado Socialista, así que todos tenemos la palabra aunque sea por un minuto.

La pregunta primera que escuché y la que yo pienso contestar así sucintamente, porque la otra es muy directa acá para el compañero José Luis Esparza, es de cómo nos valoramos entre nosotros, entre los ex militantes del Movimiento Armado Socialista.

Yo creo que así como lo digo aquí en alguna parte, nosotros nos hemos estado reencontrando y reuniendo de 17 ó 20 años a la fecha en forma más continua y todavía más cercana y más organizada del 2000 a la fecha. Mencioné que hemos realizado cuatro encuentros nacionales y muchos foros, seminarios, reuniones chiquitas o grandes para elaboraciones, para homenajes, para convivios y que prácticamente ya somos una familia de más de cien compañeros, algunos nos reunimos como hoy 20 aquí; estuvimos en un recorrido por Chihuahua y Sonora en la semana anterior, allá también andábamos otros 20, los que nos encontrábamos en Chihuahua, Sonora y Sinaloa, y así parece como si somos una familia, como si somos hermanos, como si somos compañeros de trabajo y empezamos a intercambiar esos hechos, esos acontecimientos, esas anécdotas que nos hacen falta para escribir en forma más completa, más profunda la historia de nuestro movimiento.
Estamos convencidos casi la mayoría de que si no es por nosotros la historia no se va a escribir correctamente. Nos han llegado muchas novelitas, novelotas, algunas muy buenas literariamente, pero si no es por nosotros esa historia no se va a conocer en forma correcta.

Montemayor, que es el mejor de todos los escritores, y Salvador Castañeda, tienen una producción de dos, tres libros, pero con eso no entendemos el movimiento en su conjunto, en donde participaron, como digo aquí, más de tres mil hombres con las armas en la mano, a partir de los 60 a la fecha, y compañeras también mujeres efectivamente, afortunadamente hay quien subraya eso.

Si queremos estudiar, escribir e investigar sobre el Movimiento Armado Socialista, como lo estoy diciendo al final o casi al final de este texto que les ofrecí, a lo mejor hay que ir hasta la república hermana de Yucatán, así le decimos los bajacalifornianos, a lo mejor hay que ir hasta el periodo del gobierno socialista de Alvarado o cuando menos, ya más puntualmente, de Jaramillo cuando ya en su Plan de Agua Prieta expresa los objetivos de destrucción del capitalismo y de toma del poder político por los obreros y los campesinos, que ya se acerca mucho al marxismo, que después va a ser más ortodoxo en los 60 y 70.

Entonces, nos valoramos según el acercamiento que se va dando, la forma en como lo vamos compenetrando y comprometiendo con esta tarea que es magna, que es grandísima, que es inmensa, que es la de la recuperación de la memoria histórica. Esa es mi respuesta a tu primera pregunta.

EL C. MODERADOR.- Agradecemos al compañero José Luis Alonso. Damos la bienvenida al diputado Avelino Méndez Rangel, Presidente de la Comisión de Desarrollo Rural y co-organizador junto con el Centro de Investigaciones y Estudios de los Movimientos Sociales Rubén Jaramillo Menes de este homenaje.
Agradecemos al compañero José Luis Alonso también el que nos haya proporcionado una copia de sus notas y además la declaración de “Arroyo Amplio”, que estoy leyendo aquí, es del domingo 1° de abril del 2007, nos pedía el compañero José Luis Alonso si pudiera leerse la final.
Daríamos la palabra al compañero José Luis Esparza para responder las preguntas que iban dirigidas a él.

EL C. JOSÉ LUIS ESPARZA.- Trataré de ser súper sintético para no prolongar demasiado, pero a la vez trataré de ser preciso.

El punto 2 sobre la actualidad o la vigencia de la guerrilla actual tiene que ver justamente con lo que yo mencionaba del tema de la violencia, o sea como lo dice Montemayor hay una violencia que aparentemente no se ve pero ahí está y es justamente ese estado, el estado burgués mexicano que aún sigue rigiendo pues la política, la economía y varias ramas de la sociedad.

Entonces, sigue la violencia, siguen los fraudes, eso es violencia, aparentemente no tienen las metralletas pero finalmente hacer fraude también y el fraude que hizo la clase dominante con el grupo de Calderón, de El Yunque esa es violencia y finalmente y afortunadamente ha habido una manera de poder conducir toda esa energía social de descontento y el problema que ahora tenemos es justamente cómo encauzar y cómo dirigir y cómo organizar.
Otra vez parece que las viejas tareas nuevamente se vuelven a renovar, pero es que justamente la realidad nos sigue diciendo que esa violencia no ha terminado y nunca va a acabar la guerrilla mientras siga habiendo este status quo tan injusto, que ahora se ha reforzado a nivel mundial, es globalizado.

En el punto dos sobre alguna posible infiltración o una infiltración respecto concretamente al operativo del 11 de agosto, donde se intentó secuestrar a Margarita López Portillo, yo lo niego rotundamente, no hubo ninguna infiltración. A los hombres se les juzga por sus acciones, por su accionar y finalmente una persona, un policía puede engañar a unos pocos, pero no a todos, puede engañar durante algún tiempo pero no todo el tiempo.

Finalmente todos los compañeros que participaron ahí, o sea yo me cuento como orgullosamente porque ya después más adelante lo contaremos, bueno, soy el único sobreviviente de ese operativo, me tengo que apurar a escribir cosas, fue una especie de selección; fue una especie de selección de la gente más destacada porque era un quiebre, era un operativo demasiado importante, porque estaba en juego la liberación de muchos compañeros; eso era lo fundamental.

Entonces, se trataba de volver a reincorporar a los compañeros a la actividad para poder reforzar la actividad de la Liga, ése era el objetivo y finalmente todos y cada uno de los que participaron ahí fue Susan, fue Mario, fue Francisco, fue Martín, fue Chano y fui yo y en los operativos, en la infraestructura estuvo Miguel Corral García y todos y cada uno de ellos podemos revisar su biografía y su accionar y finalmente no encuentran ningún inicio de que pudieran ser policías o algo así; o sea, finalmente son gente que se seleccionó como gente destacada.

Hubo un período donde nadie o pocos teníamos poca instrucción militar y ahí al calor de los madrazos nos fuimos convirtiendo, queriendo o no queriendo en gente más o menos con cierto grado de preparación militar que esa muy difícil para aquél entonces, era como una especie de oro molido poder tener una práctica militar y un conocimiento militar y una experiencia militar.

Ahora, finalmente en el cuarto punto, esto también tiene que ver con el libro de Héctor Ibarra, yo por eso sigo insistiendo que es muy importante y a lo mejor él no lo ver tampoco o no destacada pero ahí está.

Cuando hablamos de revolución, hablamos necesariamente de diferencias, porque un mismo hecho se ve de diferentes maneras, más cuando hay un punto álgido de problemáticas que se tiene que solucionar para la acción; entonces es muy problemático.

Si vemos la historia de la Revolución Mexicana, ya para no extenderme tanto, vemos ahí se mataban entre ellos, Villa estuvo a punto de matar a Obregón, Zapata mató, bueno, a de la O, hubo una sospecha ahí de que era policía y finalmente lo tuvieron que ajusticiar por ahí.

La historia no es fácil, no es dulce, es muy dura porque implica una tragedia, implica dolor, implica vidas, implica muchas visiones muy trágicas de la vida pero necesarias, porque la violencia revolucionaria también es necesaria; o sea, finalmente es necesaria porque este orden ya no da para más, al contrario ellos tratan de estirarle lo más que puedan para que pueda prevalecer este estatus quo y al revés toda la gente que estamos inconformes con este sistema, tratamos justamente de ir estructurando y organizándonos de tal manera en no volver a cometer errores, ahí están las enseñanzas de la Liga y de toda la guerrilla, de Lucio, de todos sin descartar a nadie, toda esa gran enseñanza justamente es para no volver a caer en los mismos errores y jalar y organizar a la mayoría de toda la sociedad para que no vuelva a suceder esa masacre contra los guerrilleros.

A ver si quedó claro. Claro.

EL C. MODERADOR.- Gracias, compañero José Luis Esparza.
Le damos la palabra al compañero José Arturo Gallegos.

EL C. JOSÉ ARTURO GALLEGOS.- Bien, compañeros, yo quiero hacer referencia a un comentario que hizo, me parece que el compañero que es sobre la Editorial Posada, seguramente usted se refiere al pasquín ese que se llama el camarada Ernesto.
EL C. .- (fuera de micrófono)

EL C. JOSÉ ARTURO GALLEGOS.- Sí, más o menos ha de ser más contemporáneo. Bueno, yo quiero hacer el comentario, no tengo el gusto de conocer el otro trabajo, sin embargo conocí éste y en relación a esto quiero hacer el comentario

Este fue un pasquín que fue editado por Editorial Posadas justamente, que no tiene autor y que se dice que lo escribió el camarada Ernesto; el camarada Ernesto por supuesto que no existió, es una versión policíaca que trata a toda costa de ensuciar la imagen de quienes en ese tiempo eran los que enarbolaban la lucha armada.
Informes extraoficiales nos dicen que este trabajo fue ordenado por el Gobierno Federal a través de Donato Fonseca Amador, que por cierto fue Secretario Particular del Presidente López Mateos y quien lo escribió fue Jorge Joseph Piedra, que fue Presidente Municipal de Acapulco allá por principios de los 60, cuando era Presidente justamente López Mateos.

Entonces, fue hecho de mala leche, fue un contralibro digamos, es contra historia. Entonces, no cabe la mención, de esos hubo muchos.

Sobre la Fiscalía yo quisiera dar mi particular punto de vista. Yo creo que al inicio de cuando se dio la noticia de la creación de la fiscalía muchos de los sobrevivientes si bien es cierto no fuimos de “bruse”, al menos nos quedó la idea de que algo pudiera lograr con las investigaciones; es más, en lo personal creo que al principio el mismo Presidente Fox pensó que pudiera avanzar, nosotros tuvimos muchas dudas; tan así es que se las manifestamos en el mes de marzo al flamante Fiscal Carrillo Prieto cuando nos visitó en Chilpancingo, Guerrero a quienes formamos parte de la Asociación Nacional de Luchadores de Sociales, le manifestamos nuestras dudas; una de las dudas las dijo el compañero Luis León y pues dijo: francamente yo no creo que la fiscalía vaya a avanzar mucho, porque si quiere avanzar tiene que tocar intereses bastantes grandes; de tal manera que ahí le van a parar el alto.

La respuesta del señor fiscal fue de que en el momento en que a mí me pongan un tope, en ese momento yo renuncio y además me uno con ustedes a hacer la denuncia; cosa que no hizo, por cierto.

En resumen, la fiscalía no ha servido más que para levantar falsas expectativas y que finalmente sí encontró esos sí los de poder que no dejan avanzar y que por supuesto el Presidente Fox se convirtió en un cómplice de quienes en aquel tiempo cometieron los crímenes de guerra.

De tal manera que yo puedo resumir en pocas palabras que la Fiscalía fue una de las grandes jaladas del Presidente Fox, como tantas que hizo.

Sobre los grupos actuales, hicieron una pregunta, yo quiero decirles que efectivamente sí hay actividad guerrillera en estos momentos, o sea y no porque lo ocultemos van a dejar de ser, hay ¿por qué? Porque hay miseria, porque hay represión, porque hay injusticia, porque hay un antidemocracia, por todo aquello que nos llevó a tomar las armas en aquél tiempo, o sea existen, o sea ¿en qué fue en lo que se avanzó?, ahí quiero caer un poco en la pregunta, pues a lo mejor dirán fueron derrotados, yo digo que militarmente sí fuimos derrotados, sin embargo nuestras banderas ahí están y las enarbolan aquellos que continúan en la clandestinidad y nosotros de alguna manera ya como dicen por ahí chamuscados por la revolución no podemos hacer gran cosa porque sería tanto como poner en riesgo todos en lo que aquello se ha avanzado o lo mucho o lo poco que se ha avanzado.

De tal manera que diría yo que lo único que logramos fue romper los candados que mantenían secuestrada eso que se le llama democracia y que finalmente es un logro y no sé si haya alguien que lo pueda negar, es un logro de esa lucha armada y que no me salgan con el cuento de que fue las masas, aquellas que sin forma lucharon, las que los olvidaron solamente, haciendo a un lado a quienes ofrendaron sus vidas, no, yo creo que forman parte de las masas estos movimientos revolucionarios que sufrieron los 70, a los cuales les debemos que hoy tengamos de posibilidad de participar en espacios democráticos actuales, algunos de nuestros diputados, que por cierto ya se olvidaron que participaron y que a lo mejor ya se avergüenzan o se arrepintieron de que lo vivieron pero que hoy están muy bien.

Sobre ejecuciones, yo no tengo ningún ejemplo que dar en este sentido, en mi organización, repito, yo formé parte como militante comprometido de las fuerzas armadas revolucionarias y en mi etapa no hubo por lo menos ninguna ejecución, no hubo infiltración, no hubo por tanto acontecimientos que lamentar, que sí hubo después la intención, más no se ejecutó y todo por la conducta inadecuada de un compañero con el sexo femenino. Entonces, eso fue lo que lo originó y no fue porque fuera policía o algo parecido, simplemente o se ejecutó, finalmente el compañero cometió ese error, fue ejecutado, pero no por las fuerzas revolucionarias, sino por enemigos personales y eso fue en Oaxaca y no en Acapulco.

En sí yo quisiera terminar con eso y yo veo que nadie me preguntó nada de mi libro, entonces no tengo nada que comentar, todo está dicho.

EL C. MODERADOR.- Damos las gracias al compañero José Arturo Gallegos Nájera.

Le pedimos al profesor José Luis Alonso pueda leer esta importante Declaración de Arroyo Amplio del 1º de abril del 2007. Profesor, por favor, después de la lectura plantearíamos, compañeros que cerráramos este homenaje con las palabras de clausura del diputado Avelino Méndez Rangel y enseguida, en virtud de que se han presentado dos libros el día de ayer, las semblanzas, tres libros el día de hoy, pudiéramos pasar a convivir un poco en la parte del mezanine con un vino de honor y que mañana finalmente cerráramos el homenaje ya de otra manera con la obra de teatro “El Amanecer se Negó” de nuestra compañera Berenice, del Colectivo La Chinampa de la 20.

Entonces, eso sería en general la idea para ir cerrando este homenaje al Movimiento de Acción Revolucionaria. Sí, profesor.

EL PROFESOR JOSÉ LUIS ALONSO.- Es parte también de las preguntas que hizo y los comentarios del compañero, porque esto lo acabamos de redactar, aprobar y difundir un grupo de exmilitantes del Movimiento Armado Socialista y estudiosos e investigadores que nos acompañaron en el recorrido por los caminos de la historia en Chihuahua, Sonora y Sinaloa y es importante que se conozca, porque lo vamos a considerar como un documento, un pacto político entre muchos compañeros.

Dice así: Convocados por los veteranos revolucionarios Salvador Gaytán Aguirre, Raúl Florencia Lugo Hernández y Ramón Mendoza Torres, Ex combatientes y fundadores del Movimiento Armado Socialista, damos a conocer la presente Declaración de Arroyo Amplio.

Primero, el Movimiento Armado Socialista de México iniciado en los años 60 del siglo XX surgió en la comunidad de Arroyo Amplio, Sección Municipal del Mineral de Dolores, del Municipio de Madera, Chihuahua y tuvo por fundamento y causas las injusticia social y la brutal represión gubernamental a todo intento auténticamente democrático y libertario de organización y lucha del pueblo mexicano.

Segundo, tal Movimiento protagonizó el combate del 23 de septiembre de 1965 en Madera Chihuahua, donde cayeron algunos de sus principales dirigentes, continuó con las acciones del grupo popular guerrillero Arturo Gámiz, cuyo últimos integrantes fueron fusilados por el Gobierno Federal en Tesopaco, Sonora y se multiplicaron a lo largo y ancho del país durante los años y década posteriores.

La visión y objetivos de este movimiento, fueron los de construir un país donde sus riquezas fueran disfrutadas por sus hijos, no enajenadas por camarillas opresoras y corruptas, como sucede hasta el día de hoy por ejemplo en el propio Mineral de Dolores.
Tercero, el fundamento socioeconómico y la visión de aquél Movimiento no han perdido vigencia, a pesar de las incipientes prácticas democráticas actuales. Los rezagos nacionales y la desgracia de los pobres persisten sin que la política del régimen actual lo resuelva, por ejemplo la miseria, los salarios de hambre, desempleo, la inseguridad social y la insuficiencia educativa se han agravado.

Cuarto, el reconocimiento a los valores históricos y su vigencia forjados en la lucha, son indispensables para avanzar hacia mayores niveles de unidad y lucha del pueblo mexicano.

Somos testigos y partícipes de los grandes movimientos que se desarrollan el pos de la justicia, la libertad, la democracia, la legalidad y los derechos humanos; por ello, procedemos a cumplir con nuestra responsabilidad de rescatar la memoria histórica y divulgar los valores morales e históricos generados en muchas zonas y regiones de México donde se desarrollaron las acciones de las organizaciones armadas socialistas.

Quinto, el Movimiento Armado Socialista contribuyó junto con otros movimientos de distinta naturaleza a la actual posibilidad de acceso pacífico al poder político; por eso, defendemos los logros alcanzados por el pueblo mexicano en sus formas de organización social, económica, cultural y política y llamamos a desarrollarlos.
Sexto y último, esta etapa es de organización, proposición y construcción de la unidad política de la izquierda nacional mediante el diálogo, el debate y la acción inteligente y concertada de miles de auténticos dirigentes y millones de ciudadanos que salen a las calles, preparan las grande movilizaciones y están realizando los nuevos hechos trascendentes en el país, en los estados y en los municipios y regiones.

Los firmantes saludamos estas luchas y continuamos fieles a la causa original, no hemos perdido el rumbo, la oportunidad histórica está presente, el pueblo y sus dirigentes tienen la palabra, porque no hay más ruta que la trazada por el pueblo mexicano.

Comunidad de Arroyo Amplio, Sección Municipal del Mineral de Dolores, Municipio de Madera, Chihuahua, domingo 1º de abril del 2007.

Y se siguieron recibiendo adhesiones y hasta el día de hoy van alrededor de 50 compañeros Ex Militantes del Movimiento Armado Socialista y una docena de estudiantes e investigadores de este Movimiento. Gracias.

EL C. MODERADOR.- Gracias, compañero José Luis Alonso.
Compañeras y compañeros para iniciar el cierre de este homenaje que ayer decíamos, es un homenaje sencillo, quizás un poco precipitado, un homenaje en donde lo preparamos en los momentos que pudimos tener la posibilidad de reunirnos con el Centro de Investigaciones de los Movimientos Sociales Rubén Jaramillo y donde quizá como decía el compañero José Luis Alonso nos faltaron preparar las semblanzas de los autores de los libros por ejemplo, pero con la intención de que como decía una de las compañeras que intervinieron, que el Movimiento de Acción Revolucionaria no quede a la sombra del olvido, de que no podemos olvidar, de que mantengamos vigente de que sin memoria no hay futuro, pues es que el diputado Avelino Méndez y el Centro de Investigaciones de los Movimientos Sociales Rubén Jaramillo decidieron en el contexto del 10 de abril, con todas estas limitaciones que ojalá podamos superar en los próximos eventos llevarlo a cabo.

Damos la palabra al diputado Avelino Méndez para poder proceder a la clausura y convivir un poco de tiempo, establecer a lo mejor ya una comunicación más interactiva en el vino de honor.

EL C. DIPUTADO AVELINO MÉNDEZ RANGEL.- Ya lo decía ayer cuando hice mi intervención ante ustedes, es un honor de verdad créanmelo, tengan la plena certeza que es un honor estar con ustedes.

Lo que ayer escuchamos, esa remembranzas que a veces eran muy dolorosas, muy sentidas, la verdad que escuchar a la compañera Elda sobre la remembranza del compañero Elín sí fue muy emotivo, páginas muy emotivas, no digo que las otras no lo hayan sido, pero ese relato de ese ajusticiamiento de su compañero la verdad fue algo que no debemos de olvidar, porque no debe de volver a suceder.

También escuchamos páginas llenas de esperanza, y de espíritu de lucha por mejorar nuestra sociedad aquí en esta Declaración de Arroyo Amplio, algunos nos preguntamos de verdad si las cosas han cambiado en nuestro país y qué tanto han cambiado y qué tanto falta por cambiar entre todos.

En sus páginas escuchamos palabras que a veces algunos ya han olvidado, revolución, que algunos se atreven a decir que son perversas, cuando son los motores del cambio, escuchamos la palabra disciplina, hablamos de ideología, ideología, estudio, análisis, trabajo con campesinos y con obreros que parece que fue hace siglos que fue este trabajo y fue hace muy poco y se debe de seguir haciendo y se sigue haciendo por gente que está en los campos y en las fábricas y en los centros de trabajo haciendo ese trabajo que mantiene vive la llama del cambio en nuestro país.

Sí qué bueno, la verdad esto que acabo de escuchar, qué bueno que todavía hay gente que reivindica su pasado, que lo quiere, porque ya hay gente que se avergüenza de él y que no quiere saber y que parece que es una lápida en contra de lo que hoy quieren representar o quieren parece representar, qué bueno que hay gente que reivindica lo que hicieron y que continuarán haciéndolo hasta el último aliento por lo que veo.

¿Qué falta, yo también lo dije ayer qué falta? Difundir esto, compañeros, no puede quedarse como tema marginado, en la marginalidad, tenemos que hacer esfuerzos para difundir estas luchas, estos trabajos, esta historia que es base de nuestro México moderno, yo así lo tomo de verdad, no le quiero exagerar, es base de nuestro México moderno.

Esta lucha desembocó en algo que hoy muchos gozamos, que es la reforma política del 79, esta lucha influyó mucho en esa reforma política que hoy nos tiene aquí recordando esto, sin temor a ser reprimidos, sin temor a ser encarcelados, eso lo debemos a ustedes.

Tenemos que romper el silencio y el olvido entre todos y esto me lleva a lo último que tenemos que continuar con esta difusión. Desde este espacio que hoy ocupamos y que está a su disposición, busquemos las formas de seguir difundiendo esto, de seguir difundiendo este pensamiento, de seguir difundiendo esta lucha, de seguir difundiendo la idea de la revolución y del cambio para tener un país mejor.

Todo esto que ayer y hoy escuchamos y que seguiremos escuchando, se los agradezco, tenemos que llevarlo a otros espacios y finalmente con esto concluiría:

Para mí es una vez más decirlo, un honor dar por clausurado este homenaje al Movimiento de Acción Revolucionaria en este Auditorio “Benito Juárez” hoy 12 de abril del 2007 en este Auditorio “Benito Juárez”.
Muchas gracias por su presencia.